En el año 1934, durante la Guerra Civil española (1936-1939), se organizó la Sección Femenina, la cual formó una de las instituciones del Régimen franquista. Fue la rama femenina de la Falange Española (que pasó a llamarse, durante el Franquismo, la FET de las JONS –Falange Española Tradicionalista de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista-, el partido único durante esta etapa de la historia de España).
Su sede central y escuela principal se encontraba en el Castillo de la Mota, en Medina del Campo (Valladolid).
La Sección Femenina fue una de las vías utilizadas por el régimen franquista para crear un esquema de género acorde con sus católicos y tradicionales ideales, en donde se promovía la división por sexos y se promulgaba la exaltación de la dominación masculina frente a las mujeres.
Para ello el Franquismo contó con la plena colaboración de la Iglesia Católica, constituyendo ésta un componente esencial del discurso anti-feminista.
La labor esencial que debía cumplir la Sección Femenina al finalizar la Guerra Civil eran:
- Preparar a las mujeres para regir y llevar el hogar, el cual era el lugar que debía ocupar (además de por convicción ideológica, el Régimen persiguió este objetivo con otra finalidad: la de aumentar la población, la cual, tras la guerra, se vio fuertemente mermada).
- Inculcar en las mujeres unos férreos principios religiosos que hiciesen de ellas un ejemplo de virtud, amor y entrega a las demás personas (la Sección Femenina tomó como modelos de mujer a seguir a la reina Isabel I de Castilla –también conocida como Isabel la Católica-, y a Santa Teresa de Jesús).
- Conseguir
inculcar en las mujeres los puntos básicos del ideario doctrinal nacional que regiría el Nuevo Estado.
La Sección Femenina movió hilos en educación, ya que pretendía llegar a las jóvenes estudiantes. Algunas de las enseñanzas que impartía eran: Hogar y Enseñanza Política, o Ciencias Domésticas, donde, entre otras cosas, se intentaba formar a las mujeres a ser buenas madres y amantísimas esposas.
La propaganda franquista
ensalzó a las mujeres como seres en cierta medida superiores a los varones en cuanto a “virtudes físicas” como la maternidad, y en cuanto a atributos morales como la dulzura, la feminidad, la fragilidad y la protección.
Fiel a la Iglesia Católica, al tradicionalismo y a los ideales de Primo de Rivera, la Sección Femenina mantenía una postura a favor de que el Estado franquista adoptase unas medidas legales que supusiesen el apartamiento de las mujeres de la esfera pública.
Así pues, las mujeres vieron reprimida su sexualidad, suprimiéndose cualquier atisbo de libertad en su cuerpo, y se fomentó su diferencia biológica, psicológica y afectiva con los varones, haciéndose hincapié en la maternidad para justificar así su discriminación en el ámbito laboral, social, económico e incluso jurídico (no obstante, posteriormente Pilar Primo de Rivera presentó una ley a las Cortes que servía para otorgar derechos a las mujeres con respecto al ámbito laboral, presentando a la Sección Femenina como la única organización femenina sensibilizada por los problemas de las mujeres, capaz de defenderlas y de regular por ley su acceso a aquellas profesiones y taras públicas y privadas “para las que se hallaba perfectamente capacitada”, pero eso sí, siempre
partiendo de la base de que hay limitaciones que la propia condición femenina impone a las mujeres y que la coartan en la realización de determinadas actividades que siempre serán consideradas como propias del ámbito masculino).
Algunos ejemplos de las ideas inculcadas a las mujeres a través de la Sección Femenina son:
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La mujer es un complemento necesario:
“A través de toda la vida, la misión de la mujer es servir. Cuando Dios hizo el primer hombre, pensó: No es bueno que el hombre esté solo. Y formó a la mujer para su ayuda y compañía, y para que sirviera de madre. La primera idea de Dios fue el hombre. Pensó en la mujer después, como un complemento necesario, esto es, como algo útil” (Formación Político-Social del primer curso de Bachillerato, 1963).
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El mejor lugar para hacer deporte es el hogar:
“Una mujer que tenga que atender a las faenas domésticas con toda regularidad, tiene ocasión de hacer tanta gimnasia como no lo hará nunca, verdaderamente, si trabajase fuera de su casa. Solamente la limpieza y abrillantado de los pavimentos constituye un ejemplo muy eficaz, y si se piensa en los movimientos que son necesarios para quitar el polvo de los sitios altos, o limpiar los cristales, sacudir los trajes, se darán cuenta que se realizan tantos movimientos de cultura física que, aun cuando no tiene como finalidad la estética del cuerpo, son igualmente eficaces precisamente para este fin” (Economía doméstica para Bachillerato, Comercio y Magisterio, 1968).
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Has de tener voluntad para la dependencia:
“La vida de toda mujer, a pesar de cuanto ella quiera simular –o disimular- no es más que un eterno deseo de encontrar a quien someterse. La dependencia voluntaria, la ofrenda de todos los minutos, de todos los deseos y las ilusiones, es el estado más hermoso, porque es la absorción de todos los malos gérmenes –vanidad, egoísmo, frivolidades- por el amor”.
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Eres una mujer, y, por consiguiente, careces de ingenio:
“Las mujeres nunca descubren nada; les falta, desde luego, el talento creador, reservado por Dios para inteligencias varoniles; nosotras no podemos hacer más que interpretar, mejor o peor, lo que los hombres nos dan hecho” (Pilar Primo de Rivera, 1942).
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No muestres sensibilidad:
“La mujer sensual tiene los ojos hundidos, las mejillas descoloridas, transparentes las orejas, apuntada la barbilla, seca la boca, sudorosas las manos, quebrado el talle, inseguro el paso y triste todo su ser. Espiritualmente, el entendimiento se oscurece, se hace tardo a la reflexión: la voluntad pierde el dominio de sus actos y es como una barquilla a merced de las olas: la memoria se entumece. Sólo la imaginación permanece activa, para su daño, con la representación de imágenes lascivas, que la llenan totalmente. De la mujer sensual no se ha de esperar trabajo serio, idea grave, labor fecunda, sentimiento limpio, ternura acogedora” (Revista de la Sección Femenina, 1945).
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Sé obediente, no te quejes y muestra felicidad, aunque sea falsa:
“En cuanto respecta a la posibilidad de relaciones íntimas con tu marido, es importante recordar tus
obligaciones matrimoniales: si él siente necesidad de dormir, que sea así, no le presiones o estimules la intimidad. Si tu marido sugiera la unión, entonces accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es siempre más importante que la de una mujer. Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para indicar cualquier goce que hayas podido experimentar. Si tu marido te pidiera prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes”.
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No seas libre:
“No hay que tomar el deporte como pretexto para llevar trajes escandalosos. Podemos lucir nuestra habilidad deportiva, pero no que estas habilidades sirvan para que hagamos exhibiciones indecentes. Tampoco tenemos que tomar el deporte como pretexto para independizarnos de la familia, ni para ninguna libertad, contraria a las buenas costumbres” (Economía doméstica para Bachillerato, Comercio y Magisterio, 1968).
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Eres “Señora de…”:
“Cuando estéis casadas, pondréis en la tarjeta vuestro nombre propio, vuestro primer apellido y después la partícula “de”, seguida del apellido de vuestro marido. Así: Carmen García de Martín. En España se dice de Durán o de Peláez. Esta fórmula es agradable, puesto que no perdemos la personalidad, sino que somos Carmen García, que pertenece al señor Martín, o sea, Carmen García de Martín”.
La Sección Femenina fue dividida en: formación personal, formación cultural, formación física, formación y asistencia sanitario-social, Hermandad de la Ciudad y el Campo, Servicio Social, prensa y propaganda, formación en asesoría jurídica, y Servicio de Formación.
En los centros de la Sección Femenina se estudiaban las siguientes materias:
- Formación religiosa (Dogma, Moral y Liturgia).
- Formación Política (Historia de la Falange, Doctrina Política y Económica de la Falange, Moral y Estilo de la Falange).
- Formación Doméstica (Pedagogía Familiar, Economía Doméstica, Cocina, Corte y Confección, Trabajos manuales, Puericultura).
- Música (Coris y Danzas).
- Gimnasia.
En cuanto a las leyes educativas, cabe destacar:
- En el 1 de mayo de 1936 se creó una Orden Ministerial que
prohibía el sistema pedagógico de coeducación en las escuelas primarias. En el 23 de septiembre se suprimió en los Institutos de Grado Superior.
- Sólo hasta el año 1945 se permitieron las escuelas mixtas en las aulas que no tuviesen un número de alumnado superior a 30.
- Se empezó a permitir a partir de esta época la entrada de maestras en las escuelas, a excepción religiosa, que estaba a cargo de un sacerdote.
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La educación estaba diferenciada por sexos también por la ley.
- El Decreto del 28 de diciembre de 1939 hizo
asignatura obligatoria para todas las mujeres españolas
la de Ciencia Doméstica.
- A partir del 31 de mayo de 1940, la Sección Femenina tenía como objetivo la de
preparar a las mujeres como futuras madres de familia.
- La Orden del 16 de octubre de 1941 unificó las asignaturas domésticas bajo el título general de Hogar, que era obligatorio en todas las escuelas primarias y secundarias, tanto oficiales como privadas.
- La Orden del 11 de agosto de 1944 hizo obligatorio el examen del Hogar para aquellas jóvenes que quisieran obtener un título universitario, el permiso de conducir y pasaporte.
- Con la Orden del 7 de agosto de 1950 se hizo extensivas estas disposiciones a las Escuelas de Magisterio para la formación de Maestras.
Tal y como podemos observar, el modelo educativo para las mujeres llevado a cabo durante la etapa mencionada, sigue un esquema sencillo:
se formula una división de sexos (machos y hembras), a los cuales
se les atribuye un género con unas cualidades psicobiológicas determinadas (varón: fuerte, dominante, superior…; y mujer: débil, delicada, tierna…), y
se produce una segregación de roles en función del género (varón: provee, trabaja fuera del hogar, se dedica a cosas importantes…; mujer: su misión principal radica en la maternidad, ha de trabajar en el hogar, servir al marido…).
A este modelo, de carácter machista y patriarcal, en donde las mujeres quedan relegadas a un puesto de clara inferioridad con respecto a los varones, se le puede considerar tanto de esclavista para ambos sexos, como de alienante y desigualitario para las mujeres.
Esclavista, en tanto que promueve un modelo social y personal que es pre-establecido, fijo y no elegido por derecho por los sujetos, sino dado como obligación.
Este modelo establece unas pautas fijas de comportamiento y temperamento. Los varones, por un lado, deben ser todos fuertes, dominantes, no llorar, dedicarse al trabajo fuera del hogar… Mientras tanto, las mujeres, por el otro lado, han de ser sumisas, tiernas, cariñosas, frágiles, sensibles, estar disponibles las 24 horas para el cuidado de la casa, de su marido y de sus hijos… Por tanto, es esclavista, en tanto que toda persona que no encaje en tales patrones no será aceptada. ¿Y si los hombres quieren cuidar de sus hijos e hijas y las mujeres tener también la posibilidad de trabajar fuera de casa?
Es
alienante y desigualitario para las mujeres porque las trata como simples úteros con patas, que han de tener la obligación de gestar hijos e hijas para el Régimen, además de atascarlas en una posición social claramente desfavorecida.
Así pues, como podemos observar, este modelo está claramente alejado de la ideología feminista, dado que este movimiento, por el contrario al sexismo promovido por el Franquismo, dicta que:
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Se nace macho o hembra (aunque también se reconoce el intersexo),
pero varón y mujer se hace. Por lo tanto no hay unas características naturales y esenciales pertenecientes a los hombres por un lado y a las mujeres por otro, sino que son inculcadas mediante la cultura y la educación.