lunes, 23 de febrero de 2015

Alma pedagógica. Crear sentimiento.

Tal y como dejo claro en la página que tengo en este blog bajo el título de ¿Por qué este blog?, la cultura de nuestra sociedad es clasista, opresiva, sexista, machista, androcentrista, adultista / adultocentrista, confesional, racista; homófoba... y por ello mucha gente buscamos cambiar esto a mejor, para que todas las personas sean tratadas por igual, con respeto, y podamos vivir en libertad.

Y si hay algo que me preocupa de entre la gente que somos anarquistas, feministas, anti-racistas, anti-capitalistas, anti-especistas, etc, es que muchas veces me topo con quienes tienen una falta considerable de alma pedagógica.

Ya sé que muchas y muchos tienen que estar hasta las mismísimas narices de repetir lo mismo una y otra vez para que al final su discurso no lleve a nadie porque su interlocutor o interlocutora, no es que exponga argumentos en contra y mantenga otra postura diferente, es que simplemente no escucha, te trata como un ser inferior y echa por tierra todo lo que le muestras por muy bien argumentado o demostrado científicamente que esté.

Pero, como comenté en la entrada anterior, hay que cambiar la educación al completo si de verdad queremos ver resultados. 

Vamos a ver. Imaginemos que yo soy vuestro profesor de una asignatura (pongámosle, por ejemplo, Matemáticas) y que no entendéis algo (las derivadas). Entonces me preguntáis las dudas que tenéis y me pedís que lo explique de nuevo. ¿Os imagináis que yo os respondiese: es que yo no soy educador y a mí me tienes que venir ya formado/a? Como para mandarme a la mierda, ¿cierto?

Pues eso pasa entre muchas personas que luchamos por cambiar la sociedad. Hay quienes han perdido ya la paciencia y cuando alguien les asalta con preguntaa, le responden: "Es que yo no soy educador/a"; o "A mí me vienes formado/a y luego hablamos"; o "Es que yo estoy en lucha, no de cháchara". 

Y así andamos: que no se llega a la gente.

Está claro que hay quienes solo quieren molestar; que en verdad no les importa un pimiento lo que les vayas a responder. Pero, ojo, esto es la red, y por aquí no solo hay machistas, clasistas... leyendo. Por aquí hay mucha más gente que nos lee desde las sombras. Gente que va y viene; gente que nos sigue... Gente, al fin y al cabo, a quien podemos llegar y ayudar a abrir los ojos contra las distintas opresiones. 

Y claro, si dejamos que el resto nos asalte con sus preguntas, dudas, discursos... y nuestra respuesta es la de "yo no formo ni informo; márchate y ven cuando hayas aprendido", pues... ¿qué esperáis que vayamos a conseguir? Pues nada. Incluso esa actitud, pienso, llevará a que quien tenga dudas sobre qué pensar, se decante en favor de la postura que no queremos que adquiera.

Hay que tener más paciencia y más alma pedagógica. Que sí, que es una lucha, no lo dudo. Pero llevar las riendas de la educación también es, desgraciadamente, un estilo de lucha. Por ello la Iglesia, el Estado, quienes se han movido en su contra... siempre han pretendido acaparar el Sistema Educativo.

Y si no vamos a hacer nada por evitar que sea el hetero-patriarcado capitalista, esclavista y consumista quien hace uso de la educación, a través de los medios de información, los centros de enseñanza, la publicidad, etc, siendo nosotras y nosotros quienes eduquemos, entonces tened la seguridad de que seguiremos perdiendo.

Porque eso es lo que estamos haciendo: perder. Desde el día primero que alguien se levantó contra el sistema, ya estábamos perdiendo. Hemos cambiado cosas, pero el sistema sigue ahí; y mientras siga ahí el sistema, seguiremos perdiendo. Y lo que no podemos hacer es dejar ganar o quedarnos sin ganas de vencer.

Sé que puede llegar a resultar desesperante.

Comprendo que a veces resulte frustrante toparse con una mujer machista y tener que soltarle: "¡Pero es que eres una mujer, no puedo creer que pienses así, tragándote el cuento machista. No entiendes nada!". Triste, pero cierto: es que en realidad no entiende nada. Ha sido educada de un modo y no conoce otra realidad. Puedes tener razón, el discurso más bonito o incluso salir a la calle con la bandera morada más grande de todas y volverte a casa sin haber conseguido nada, con el enemigo riéndose de ti; solo por eso: porque las mujeres machistas y los varones que podrían llegar a soltar sus privilegios pero no lo hacen.. no te entienden.

Puedes gritarle al oído a un obrero o una obrera que va a trabajar un día de huelga general que es un trabajador, una trabajadora, que qué hace que no lucha por sus derechos y se deja pisotear por la patronal. Pero es que muchas veces hacer una huelga, llevar a cabo la lucha, no tiene nada que ver con las ganas de luchar o el discurso que se tenga, sino con la unión, la fuerza y el hacerse entender. Si ese obrero o esa obrera tiene miedo porque le pueden despedir, da igual cuánto de negra y roja sea tu bandera, o que le digas que "la Tierra será el paraíso, patria de la humanidad", en tanto que a ese hombre o esa mujer no le quedará más remedio que ir al trabajo en ese día de huelga.

Tenemos que llegar a la gente. Y eso solo se hace con alma pedagógica; aunando los sentimientos de las personas y que éstas quieran escucharnos y seguirnos. Tenemos que hacernos entender y para ello a veces es necesario desprendernos de ciertas palabras y modificar nuestro lenguaje para que nos comprendan.

Porque hacer política, producir cambio, en la mayoría de las veces lo importante no es tener la razón, aunque la tengamos, sino que lo importante es hacernos comprender y generar sentimiento. 

Podemos analizar hasta el más mínimo micro-machismo, mostrar cómo el materialismo consume nuestras vidas y nos vuelve infelices, cómo dos personas de países diferentes son seres humanos que han de estar sujetos a los mismos derechos, o cuán bonito es nuestro discurso y cuánto de grande es nuestra bandera, que nos volveremos a casa con la cabeza gacha, con la frustración de siempre, la bandera pisoteada, nuestras palabras enterradas y el enemigo o la enemiga riéndose de nuestro ridículo. Y todo porque la gente comprende el discurso de nuestra enemiga y nuestro enemigo, y les prefieren, se identifican con su parecer. Todo porque nuestra lucha parece un bocerío de cabras locas; una lucha de radicales sin escrúpulos.

Es así cuando la gente, en lugar de seguir nuestro sendero, nos tiene miedo. Miedo porque piensan que las y los feministas no somos más que gente que no ha hecho el amor en su vida y que vemos las cosas como las vemos porque necesitamos un buen polvo. Miedo porque opinan que las y los anarquistas somos "pone-bombas" y que queremos que reine el desorden. Miedo porque creen que el respeto a los y las inmigrantes traerá más paro y hambre.

Y entonces, cuando quieren aproximarse y tratar de comprender nuestro discurso, les respondemos con un "vete a la mierda que yo no educo, sino lucho; vete a leer y luego vuelve", reforzando su miedo y su repulsa hacia nuestros colectivos.

Alma pedagógica; crear sentimiento: eso es lo que hace falta. Y sin esto, en serio, no llegaremos a nada.

jueves, 19 de febrero de 2015

Menos "educación para..." y más cambiar la educación.

Veo y escucho mucho eso de "hay que fomentar la Educación para la Igualdad";  "asignatura de Educación para Inserción a la Vida Adulta"; "es bueno que exista la materia de Educación para la Ciudadanía"; "¿qué tal si promovemos la Educación para la Paz"; etc.

Sí, se habla mucho de educación para algo... Pero, lamentablemente, la educación en sí no tiende a perseguir ese algo... y así andamos.

¿Qué importa que un tutor o una tutora de un Instituto cualquiera imparta clase de una asignatura optativa sobre Educación para la Igualdad de Género porque así lo exige el centro si luego él o ella se pasa la vida en el resto de materias soltando frases machistas?

¿Cómo va a funcionar la Educación para la Paz si el propio Sistema Educativo está organizado de tal modo que fomente la competitividad, la desunión del alumnado, el enfrentamiento?

En serio; me parece absurdo.

Vale, sí, es mejor que nada. Al menos en esas clases se puede hacer reflexionar, tratar de mostrar un punto de vista diferente a fin de intentar calar en alguien y que, contra toda la basura que el sistema hetero-patriarcal, esclavista y capitalista nos inculca, se pueda contribuir al cambio social.

Pero, ¿por qué no mejor cambiamos el Sistema Educativo de modo que sea feminista, anti-capitalista, cooperativo, participativo, horizontal, sin jerarquías, plural, diverso, inclusivo, anti-fascista, innovador...?

Seguro que así, sí que conseguimos algo... y no caeríamos en la estupidez de pensar que "como he enseñado un poco de esto pero el niño o la niña ha salido como el sistema quiere, es que la cultura y la educación no sirve de nada y está todo en sus genes".

Porque no. Con un poquito de formación no se transforma el mundo; y no, con un poco de coeducación, de pedagogía libertaria, etc, no vamos a ningún lado.

Estaría bien dejarnos de tanta "Educación para..." y más bien transformásemos la educación. 

Entonces sí que empezaríamos a ver resultados mucho más rápido.
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