martes, 27 de agosto de 2013

La importancia de las becas.

Últimamente en España, desde la rancia derecha (por no incluir otros calificativos), se está argumentando que las becas son perjudiciales porque hacen que el alumnado olvide el espíritu de esfuerzo, y que por esta razón hay que tener un nivel de exigencia muy elevado.

Sinceramente, no entiendo cómo se puede pedir exigencia sin antes proporcionar una real igualdad de oportunidades. Ser exigente con alguien a quien se le pisotea día a día es similar a pedirle a una persona que padece ceguera que sea capaz de ver.

Pero bueno, esta entrada no trata sobre los niveles de exigencia, sobre dónde debería estar la nota a alcanzar para poder recibir ayudas económicas para el estudio. Esta entrada trata sobre la importancia de las becas; sobre cómo éstas, al contrario de lo que se viene diciendo por parte del actual Ministro de Educación, Ignacio Wert, y el Partido Popular (PP), a lo que llevan realmente es a mejorar la calidad del Sistema Educativo, a aumentar el rendimiento académico por parte de los y las estudiantes, y a permitir que pueda existir la denominada cultura del esfuerzo.

Por otra parte, lo ideal para mí sería que no existiesen las clases sociales, de tal manera que directamente no haría falta dar ayudas económicas para el estudio, ya que todo el mundo tendría de partida acceso a la educación. Pero eso es otro tema. Así que dejémoslo a parte.

Sin ir más lejos, antes de entrar en detalles, os invito a reflexionar sobre esta pregunta: ¿puede dar buenos resultados en el trabajo, un varón o una mujer que padece acoso laboral? Probablemente, no. Si queremos que un trabajador o una trabajadora rinda, hemos de disponerle de un buen ambiente, aumentar su autoestima, valorar su trabajo, etc. Lo mismo ocurre con el Sistema Educativo: si no hay un buen sistema de becas, mucha gente no puede estudiar en condiciones, tiene que trabajar y estudiar al mismo tiempo, siente agobio porque además debe alcanzar un mínimo, etc. Por lo tanto, con las becas nos quitamos de un plumazo una multitud de variables que influyen negativamente en el rendimiento académico. Es decir, proporcionando ayudas económicas para el estudio, hay más posibilidades de que una persona procedente de una familia con un nivel socio-cultural bajo, aprenda.

Por algo, los estudios PISA constatan que las calificaciones obtenidas por los alumnos y las alumnas se correlaciona con el estatus socio-económico y cultural de sus familiares.

Sin embargo, esto no es lo que parece pensar nuestro Ministro de Educación. Él ha decidido ir por una vía mucho más rápida que, si bien es cierto que facilitará el que los papeles muestren una mejora de los resultados, ésta mejora no alcanzará a todo el conjunto del alumnado (cómo seguirá ese camino será tema de la próxima entrada).

Me explico:

Se suele decir que un país es económicamente potente cuando hay un conjunto de empresas que ganan mucho dinero y son capaces de generar empleo. Nada más falso. Esto no convierte a un país en una gran potencia; esto lo que genera es una nación que tiene en su interior potentes empresas. Nada más. Para que una nación sea verdaderamente rica, el conjunto de las personas que la pueblan deberían tener un nivel mínimo de vida que les permita vivir en condiciones. Es decir, un país debería considerarse potente, a mi juicio, cuando toda la nación entera convive con calidad; o lo que es lo mismo: cuando hay equidad social.

Ídem podemos decir en el Sistema Educativo: éste es bueno cuando el conjunto del alumnado rinde bien; y no cuando solo cuando una parte del mismo lo hace, pero el que obtiene malos resultados no se muestra porque se le ha apartado de los centros educativos.

Lo explicaré con matemáticas, para que se entienda mejor:

Imaginemos que en un aula hay 15 niños y niñas que obtienen, siendo el 0 la calificación más baja y el 10 la más alta, estas notas: 0, 0, 0, 0, 1, 1, 3, 5, 5, 7, 7, 7, 8, 9, 10

Por tanto, 4 discentes tienen la calificación más baja: 0; dos, un 1; uno o una ha sacado un 3; dos educandos tienen un 5; tres tienen un 7; alguien ha sacado un 8; otra persona un 9; y finalmente, tenemos a un o una discente cuya nota es la máxima, el 10. Tenemos siete suspensos y ocho aprobados.

La nota media entre toda la clase es de 63/15 = 4,2.

Para mejorar esa nota media tenemos dos soluciones:

La primera es promover medidas que favorezcan que los alumnos y alumnas con un rendimiento bajo mejoren su nota y se pongan a la altura de quienes tienen un rendimiento mayor, de tal modo que se reduzca la varianza del grupo y sea más homogéneo. Una de esas medidas es proporcionarle ayudas al estudio.

La segunda es expulsar del Sistema Educativo a quienes no superen una nota mínima, de tal modo que si solo estudian quienes han aprobado, automáticamente la nota media es de 7,25.

No hemos mejorado realmente la calidad de la enseñanza, no hemos tenido ni siquiera que invertir en educación, pero mágicamente los resultados nos indican lo contrario.

Con la primera opción buscamos que "toda la ciudadanía tenga un buen nivel de vida"; con la segunda, decimos que hay un buen resultado académico en nuestras escuelas a costa de invisibilizar y expulsar a "la gente pobre en calidad de vida".

Tal vez podríamos concluir que quienes han suspendido lo habían hecho porque no habían estudiado, con lo cual la segunda opción quizá podría ser aceptable (yo no estaría de acuerdo). Y esa es la opción más cómoda: mirar a otro lado, echar la culpa a quienes suspenden (no digo que no haya quienes la tengan) y pasar página.

No obstante, lo que es innegable, es que la economía familiar es un factor que repercute en los resultados académicos del alumnado. Solo con pensar que un o una discente X no pueda permitirse pagar clases particulares mientras que otro u otra discente Z sí, tenemos razón de sobra para pensar que ni hay igualdad de oportunidades, ni podemos esperar que, a priori, ambas partes alcancen el mismo nivel.

¡Ojo!, no todo es economía. En el Informe de Investigación TIMSS -Third International Mathematics an Science Study- (1) de la IEA -International Association for the Evaluation of Educational Achievement-, (2) se indica:

"Pero el rendimiento no se puede explicar solamente en función de factores económicos, sino que influyen también factores de índole social y cultural. El estudio realizado pone de manifiesto, y esto es común a otros estudios anteriores, que el rendimiento está asociado a factores muy relacionados con el entorno familiar, como son la disponibilidad de recursos educativos en el hogar, el número de libros que el alumnado tiene en casa y el nivel educativo de los padres" (3).

Existen múltiples indicadores que condicionan los resultados académicos de los educandos, a saber, el nivel socioeconómico, la clasificación profesional de la familia, el estatus social, el medio geográfico, el nivel cultural, el nivel de instrucción, los estudios del padre y la madre, las actitudes paternas hacia la educación, el nivel de capacidad...

Luego, quien ha obtenido el 0 bien podría ser, no porque es incapaz de aprobar o no estudia nada, sino porque se le murió un familiar hace poco y no tenía la cabeza para enfrentar el examen; porque le cuesta más que quien tiene el 5 pero no pudo pagar una academia que le explicase la materia; porque carece de apoyo para los estudios por parte de su familia y requiere de un incentivo externo; o vayamos a saber por qué razón ha suspendido.

Al mismo tiempo, quizá quien sacó un 7 se esforzó mucho menos, pero papá y mamá tienen una carrera Universitaria y le ayudan con los deberes cuando tiene dudas; quizá ésta es la octava vez que se presenta al examen pero como su familia puede pagar tantas matriculaciones como quiera, al final acaba aprobando; quizá copió en el examen; quizá, por qué no, aun sin proceder de una familia con unos ingresos económicos considerables, tiene la suerte de que su padre y su madre se preocupan por sus estudios y le animan a aprobar.

De hecho, Musgrave afirma que:

"Las clases sociales son subculturas dentro de las cuales existen diversos patrones de aprendizaje. El aprendizaje de clase social in-/cide sobre tres nociones psicológicas: la personalidad, la capacidad perceptiva y la manera de razonar. Debido a ello, los niños de cada clase social tienen diversas posibilidades de aprovechar la enseñanza que se les brinda. En una época amante de la igualdad, esta tendencia plantea el problema de cómo disminuir en lo posible estas diferencias de clase" (4).

Con esto no quiero decir que no exista gente vaga, ni que no debería pedirse un mínimo. Por supuesto, el ambiente no determina, sino que condiciona. Lo que vengo a decir es que a priori la ayuda debe existir y que además, conociendo la diversidad sociocultural y académica de los y las estudiantes, no podemos exigir unos niveles que se encuentran al nivel de una escasa élite, que, por norma general, está dominada por gente adinerada.

Programas de Educación Compensatoria (es decir, aquella educación que trata de compensar las desventajas del alumnado desaventajado) demuestran cómo, al contrario de lo que expresa el PP, ayudar económicamente a alumnos y alumnas de un nivel socio-económico bajo favorece la mejora del rendimiento académico. No en vano la Ley Orgánica de Educación, en su artículo 80.3, reza que:

"Las Comunidades Autónomas en sus respectivos ámbitos de competencia fijar sus objetivos prioritarios de educación compensatoria" (5)

Así pues, podemos concluir que nuestro Ministro de Educación, quien como hemos visto está equivocado, no solo no va a mejorar la calidad del Sistema Educativo español, sino que además, de llegar a dar la sensación de haberlo mejorardo, no será porque se hayan promovido buenas medidas, sino porque este grupo de neo-liberalistas se habrá encargado de mandar por la puerta de atrás a quienes no tengan presupuesto para pagarse los estudios.

Por supuesto, no voy a decir que el señor Ignacio Wert no tiene ni idea de educación. Conoce mucho, por supuesto. Solo tenemos que leer la nueva ley de educación, la LOMCE, para darnos cuenta de que aunque es una aberración de ley, sabe lo que hace. El problema es que sabe tan bien cómo funciona el Sistema Educativo... que no le cuesta nada dirigirlo en detrimento de las mayorías, es decir, la gente pobre, y en beneficio de unas pequeñas élites clasistas y pudientes.

Me queda claro que mientras hay quienes sostienen que es mejor no dar becas a quienes tienen dificultades porque no rinden, yo promoveré que hay que dar becas para solventar las mismas y permitir el éxito académico.


Notas y fuentes:

(1)- Third International Mathematics and Science Study, significa Tercer Estudio Internacional de Matemáticas y Ciencias.

(2)- International Association for the Evaluation of Educational Achievement, significa Asociación Internacional para la Evaluación del Éxito Educativo. 


(4)- Musgrave. Citado por López, E. Página 8. 


(5)- Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación.

lunes, 26 de agosto de 2013

¿Pueden contribuir los blogs a cambiar algo?

Existen personas que crean un blog con la finalidad de enseñar algo de la vida, de fomentar un movimiento, de cambiar las mentes, de transformar el mundo. ¿Es posible esto? ¿Puede un blog ayudar a promover una ideología?

Hay quienes lo dudan, debido a grandes inconvenientes que podemos encontrar a través de la red.

Por un lado, nos topamos con que un blog es una herramienta que puede utilizar cualquiera (de ahí que los profesores y las profesoras no acepten trabajos que citan blogs en lugar de libros o páginas que parezcan decentes). Esto convierte al blog en una herramienta peligrosa: fácilmente, una persona poco documentada, o que emplea una identidad falsa, puede usarlo, consciente o inconscientemente, como un instrumento que conduce a la confusión, a la mentira y al error.

Es por este motivo que, indudablemente, el profesorado que emplea las TIC debe enseñar a sus alumnos y alumnas cómo discernir entre la buena y la mala información; cómo hacer uso del Internet para dar con páginas web recomendables; y sobre todo, cómo hacer un buen uso de este tipo de herramientas, a fin de evitar que los y las discentes caigan en problemas como el ciberbullying (esto es, ciber-acoso) o el grooming (acoso surgido en la red que incorpora acciones de naturaleza sexual).

La posibilidad del anonimato en la red, como indica José Antonio Luengo Latorre, permite que una persona cualquiera presente ante otros usuarios conductas como la de "remitir correos electrónicos o mensajes desagradables o amenazantes; etiquetar fotos o asociar comentarios indeseables a as mismas, exponiendo a la persona implicada a una posible escalada de observaciones, expresiones y comentarios de terceros; publicar postings, fotos o vídeos desagradables en un perfil, una página Web o en una sala de Chat; o suplantar la identidad a la hora de expresar manifestaciones desagradables, en un foro de mensajes, en una sala de Chat, etc" (1).

Ahora bien, no creo que los grandes inconvenientes que el uso de la web puede traer, sean un impedimento para cambiar las mentes. Sí, es cierto, un blog es a priori una plataforma en la que se presentan cosas poco fiables; pero también puede ser una de más útiles herramientas para aquellos y aquellas que se documentan y quieren exponer una información verídica; e incluso para personas que pretenden mostrar ciertas ideas. De hecho, como lo define Isidro Moreno Herrero, "el blog es, en cierto modo, una forma más elaborada de portafolio digital" (2). Es como un libro, solo que lo hallamos en red y permite conectar con otros espacios. Y solo con pensar que ciertos libros, como el de Así hablo Zaratustra, de Friederich Nietzsche, han contribuido a que muchas personas cambien su forma de ver la vida, podemos deducir fácilmente que un blog tiene fuerza para hacer lo mismo.

Tal vez sea cierto, y de ahí la discusión, que leer a Émile Durkheim, a Max Webber, a Pierre Bourdieu o a Julio Carabaña sea mucho mejor para documentarse sobre Sociología, que seguir un blog. Pero, y de aquí mi postura favorable hacia este tipo de herramientas, también es verdad que una persona que no ha terminado la Educación Secundaria Obligatoria, que trabaja muchas horas al día o que carece de la cultura suficiente como para saber por dónde empezar a leer para aprender sobre Sociología o cualquier otra temática, puede hallar información relevante en un blog sin mucha dificultad; lo cual lo convierte en una herramienta de fácil difusión mediática, e incluso de cambio social (aunque no debemos pensar que el mensaje llega a todo el mundo, puesto que solo un tercio de la población mundial dispone de acceso a Internet).

Tal vez puedan ser más útiles un libro, un conjunto de conferencias o una asociación. Sin embargo, la amplitud del blog (y de las redes sociales) puede llegar a ser mucho mayor, alcanzando a sectores de diversas clases sociales y naciones, y permitiendo un contacto diario e instantáneo entre las personas.

De usarse bien, esta importancia puede notarse, incluso, en las aulas, ya que los y las docentes pueden emplearlo para realizar un proyecto común entre toda la clase o el centro educativo (por ejemplo, construyéndose un blog en el que se pasen apuntes de las diferentes materias de todos los niveles educativos); o también, para analizar textos, hacer reflexiones críticas sobre determinados escritos, para exponer ideas...

Asimismo, en mi opinión, la importancia clave de que la izquierda y movimientos sociales como el anti-capitalismo, el anti-clasismo, el anti-racismo, el feminismo, la comunidad LGTB, etc, hagan uso de blogs y redes sociales, a parte de hacerse presentes en la prensa, la radio y la televisión, es el de no ceder terreno.

No es muy difícil de entender: si nos ponemos elitistas, dejamos que las reacciones nos coman.

Por muy estúpido que le parezca a una persona que se auto-define como estudiosa, intelectual, sabia..., asistir a determinados programas de televisión, como Duro de Domar en Argentina, lo cierto es que un solo minuto allí puede ser bastante provechoso: las masas la escucharán y no dejará que ese terreno lo ocupe solamente alguien contrario a sus ideas.

Rafa Velasco nos informa lo siguiente:


"Históricamente la izquierda, y en particular los partidos y organizaciones obreras, siempre supieron de la necesidad de dotarse de medios propios de comunicación, con la cual trasladar sus mensajes e ideas. 

Consciente o inconscientemente, toda expresión alternativa de modo de sociedad y Estado supo de la necesidad, aunque fuera intuitivamente, de medios de comunicación con la que ganar la hegemonía de los valores y las ideas. Desde los periódicos que Jacobinos y Cordeliers usaron en la revolución francesa, pasando por el Iskra de Lenin, o el L´Humanite y L’Unitá de comunistas franceses e italianos.En España no fuimos ajenos a esa necesidad, con el El Socialista, del PSOE, el Solidaridad Obrera, de CNT, El Sol, de la izquierda republicana más liberal, o el Mundo Obrero, del PCE. El movimiento obrero y la izquierda siempre comprendieron que la realidad social se cambia con organización y que para la organización los medios de comunicación son importantísimos. Si se quería tener una alternativa social y política potente, capaz de disputar la hegemonía a la Iglesia y a la derecha económica, hacía falta construir medios propios, serios, solventes y sobre todo creíbles. 

Es más, cuando la prensa escrita fue cediendo paso a otros medios de comunicación, como la radio, surgieron, incluso en la época de la dictadura franquista, expresiones tan potentes como “La Pirenaica”, sin la cual no se podría comprender la lucha antifranquista de los años 50 y 60, ni las huelgas, ni las manifestaciones, ni ninguna otra expresión de combate, hubieran tenido la fuerza que tuvieron, sin la presencia de dicha emisora" (3).

Hay que bajarse del podio. No se puede andar con elitismo. Hemos de unirnos desde los medios más culturales hasta los medios considerados como más "vulgares".

Ahora bien, no lo olvidemos: compartir opiniones, rebatir posturas y difundir eventos en la red no lo es todo. Es muy útil, a mi parecer, el blog como herramienta educativa y e informativa, que contribuye a cambiar ideas y actitudes en quienes lo leen, al invitar a la lectura y a la reflexión. Asimismo, da lugar a un efecto cadena: yo leo algo y puedo enseñárselo a más gente que, a su vez, lo comparte con más personas. Sin embargo, a pesar de ello, debemos de tener la cabeza bien puesta en su sitio, ya que no podemos olvidar que, si bien un comentario puede hacer pensar, hacer click en "Me gusta" a una fotografía o una frase que critica la pobreza no va a cambiar el mundo.

De vez en cuando hay que apagar el ordenador y mover el culo de la silla para ir a repartir el pan con las propias manos.

Además, es más sano.


Fuentes:

(1)- Luengo Latorre, J. A. (2010). Ciberbullying. Guía de recursos para centros educativos en casos de        ciberacoso. Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid.

(2)- Moreno Herrero, Isidro (2011). Aplicaciones de la Web en la enseñanza. Madrid: Catarata.

(3)- Velasco, R. (2013). Izquierda y medios de comunicación. Una necesidad pendiente.
       http://www.glayiu.org/izquierda-y-medios-de-comunicacion.html

miércoles, 21 de agosto de 2013

Gracias a la gente adulta que fomentáis el feminismo.

Una vez, en el blog de Basta de Sexismo, dejé un comentario sobre algo que a día de hoy no pienso en absoluto. No voy a colocarlo porque no viene a cuento en estos momentos, pero sí es relevante lo que la autora me respondió (como el comentario fue largo, dejo solo lo que concierne a la presente entrada):

"Estoy francamente preocupada por lo que estoy leyendo. Me parece que la nueva generación no tiene la más pálida idea de lo que significa el sistema patriarcal y machista, de lo que sufrieron y sufren las mujeres en un mundo dominado por el sexismo.

Ustedes nacieron en un mundo que tiene aires de igualdad, pero nada más, y se creen eso de que estamos en igualdad de condiciones. No puedo creer el grado de ignorancia de la historia de las mujeres y del movimiento feminista.

(...)

Veo que la nueva generación de jóvenes adultos no tiene absolutamente ninguna cultura de lo que fue la lucha de los años 70, de dónde viene esa lucha, desde cuán bajo partió. Mi comentario fue una expresión de asombro, y de gran desesperación, porque constato que no solamente hay que luchar por lo de siempre, sino también dar toda una cultura a gente que no la tiene. No es un reproche: es una constatación de impotencia, y sobre todo, un grito contra una sociedad que ha criado ignorantes en cuanto a lucha por los derechos de las mujeres.

Hace pocos días, una feminista de unos 20 años decía, en substancia, que las feministas de los 70 eran misandras, anti-hombres, violentas, que ella no se reconocía en su lucha. Me recordó (con bemoles, porque no es lo que dijiste exactamente) lo que me dijiste sobre Valerie Solanas, que te parecía delirante que yo dijera que su SCUM Manifesto era una bocanada de aire fresco.

Cuando leí tu comentario, pensé lo mismo que ahora: que no tenés idea (y nuevamente, no lo digo por refregarte tu ignorancia por la cara, es que me pregunto cómo es posible que ese conocimiento no fuera transmitido) del lugar que ocupaban las feministas de los años 70. Las mujeres, en muchos países, podían votar desde hacía apenas 20 ó 25 años, o sea, hacía apenas una generación que eran consideradas ciudadanas.

(...)

A lo que voy: mi comentario ofensivo no era dirigido contra vos ni contra Kuxille, ni contra esa chica feminista que dijo no reconocer el legado de las feministas de los 70. En realidad, era dirigido contra las personas que no hicieron el trabajo de transmisión de la información, del conocimiento, contra la sociedad que les hizo creer que habían nacido en un mundo igualitario, en que se puede poner en paralelo la maternidad y la paternidad en absolutamente todas las circunstancias, incluso el embarazo.

Precisamente porque sos un varón feminista, precisamente porque Kuxille es una mujer feminista, precisamente porque la chica de la que hablo es una mujer feminista, es que me sentí completamente escandalizada. No por ustedes, nuevamente, sino por el abismo enorme que veo entre la lucha feminista histórica y ahora. Hace 10 años, las feministas de los 70 me decían, justamente, que veían acercarse un "backlash", es decir, un contragolpe (lash es látigo, o sea, es cuando el látigo se vuelve contra vos). Me decían que la ley había cambiado, pero no las mentalidades, y que en realidad, lo que nos esperaba era aún más difícil que la lucha de ellas.

No me lo creía. Pero ahora veo por qué lo decían. La ilusión de la igualdad es peor que la desigualdad, creo (...)".

No puedo estar más de acuerdo con ella. Además de que me alegro de que su rabia, en lugar de contra Kuxille, contra aquella chica de 20 años y contra mí, se orientase hacia quienes no se ocuparon de enseñarnos, en tanto que, como dice una frase que Reciclaje Neuronal me pasó hace poco por Facebook...

Quienes critican nuestra generación, olvidan quiénes la levantaron.
Por mi parte, el término feminismo, entendido como movimiento que promueve la igualdad entre varones y mujeres, y no como movimiento similar al machismo pero en detrimento de los hombres, lo escuché por primera vez el Instituto, por parte de una profesora de Filosofía, cuando cursaba segundo de Bachillerato en Ciencias de la Naturaleza y la Salud. Es decir, necesité 18 años de mi existencia para que alguien me explicase algo sobre este movimiento; y lo que es peor: fue gracias a que tuve a esa profesora, y no porque debía aprenderlo, dado que no se incluía este tema en el programa. Por cierto, hablando del programa de la asignatura: tuve que estudiar a Platón, Aristóteles, Santo Tomás de Aquino, San Agustín, René Descartes, Hume, John Locke, Friederich Nietzsche, Immanuel Kant, José Ortega y Gasset... ¡Y no había ninguna filósofa!

Es decir, de no ser por aquella profesora, a lo largo de todo mi proceso de educación obligatoria y post-obligatoria, nadie me habría hablado sobre la desigualdad entre varones y mujeres ni sobre el movimiento feminista.

Antes de esto, de algún modo, era feminista. Desde pequeño siempre me preocupó que ni mi padre estuviese más tiempo conmigo, ni mi madre hiciese algo más que estar en casa. Siempre me preocupó que a mis amigas las insultasen por jugar al fútbol o que una profesora me castigase durante todo un recreo por jugar con una muñeca. Siempre me preocupó que hubiese más peleas entre los chicos de mi Instituto que entre las chicas y que algún profesor sacase a la pizarra a mis compañeras solo para mirar su culo. Siempre me preocupó que se metiesen con una de mis mejores amigas por no ir maquillada y vestir con chándal. Siempre me preocupó la violencia de género. Siempre me preocupó que a mi amada la tratasen diferente en el gimnasio de kárate solo por ser chica (recuerdo que ella me decía cuando empezamos a salir que le gustaba que yo pelease fuerte contra ella, tratándola como una rival más, y no delicadamente como hacían otros por ser ella una chica). En resumen, siempre he visto y siempre me han preocupado ciertas discriminaciones y desigualdades que había hacia las mujeres.

Sin embargo, nunca supe del sexismo porque nadie me había enseñado que detrás de todo eso hay un sistema patriarcal. Nadie me había enseñado que el machismo va más allá de la violencia de género.

Aunque, eso sí: siempre he sabido sobre la existencia del machismo; aunque usualmente no lo he visto presentado como algo malo, sino todo lo contrario: la mayor parte de las veces lo he visto presentado como algo apetecible y natural del ser humano, porque "ir de machote es lo guay, ya que te las llevas a todas" y porque "las mujeres son más débiles, no se le dan bien las matemáticas y tienen un don en los genes para la cocina".

Es curioso: lo malo vende y se promueve sin problemas; lo bueno, por su parte, es más caro y cuesta su difusión.

Es decir, el sistema hetero-patriarcal y capitalista se reproduce rápida y fácilmente generación tras generación. Por el contrario, al feminismo parece que le cuesta avanzar.

La visibilidad de la desigualdad entre mujeres y varones no es, por tanto, transmitida correctamente.

Ahora bien, ¿dónde está el problema?

Cuando hoy día hablo del vacío tremendo de cultura feminista que hay entre buena parte de la gente de mi generación, o de otros problemas que repercuten negativamente sobre gente incluso más joven que yo, hay personas adultas que me sostienen que el problema radica básicamente en que los y las adolescentes, en general y sin excepción, son personas rebeldes e inmaduras que no quieren escuchar loq ue se les dice; que no hay manera de enseñarles nada; que con ellos y ellas no hay diálogo posible.

Esto es, sin duda alguna, un caso más de adultismo, el cual, al igual que el sexismo, es un sistema que puede verse en todas partes. Un caso más de adultismo sumamente preocupante, porque cuando escucho algo semejante, una de las primeras preguntas que se me viene a la cabeza es si eso que dicen es cierto, o si por el contrario, el problema lo tienen esas persona adultas por no molestarse en tratar de difundir la cultura a las generaciones siguientes, en tanto que con opiniones así demuestran, claramente, que o bien no se han sentado a hablar nunca con un o una adolescente, o bien, simplemente, por ignorancia o vaguería, prefieren hacer uso de esa burda excusa para ni siquiera intentarlo.

Con todo esto quiero decir que para mí, sin duda alguna, no es que los y las jóvenes no hayamos querido aprender; es que, como dijo Basta de Sexismo en aquel comentario: no se ha hecho el trabajo de transmisión de la información, del conocimiento, contra esta sociedad en la que se nos pretende hacer creer que hemos nacido y crecido en un mundo igualitario.

Por este motivo, quiero agradecer a Mamisepa, del blog Los que vamos contra corriente, su trabajo por mostrarnos, por ejemplo, cómo las mujeres son literalmente maltratadas en los partos, cómo pueden llegar a ser acosadas durante la lactancia (tanto como si quieren como si no quieren dar el pecho), o cómo lo que parecen ser mujeres totalmente liberadas, no lo son.

Con Ser Filosofista, a parte de pasarme al ateísmo, he aprendido cosas como que no es lo mismo género, que sexo, que orientación sexual, entre otras muchas cosas.

A través de las lecturas del blog Réplica Zero, de Eric Rune, podemos adentrarnos en quién fue Simone de Beauvoir o comprender por qué es un problema el lenguaje sexista.

Gracias al blog Basta de sexismo, he podido aprender qué es el feminismo, cómo ni los hombres vienen de Marte ni las mujeres de Venus, o cómo, a diferencia del mito masculinista de que "la sociedad es feminista", realmente vivimos aún en una sociedad desigual.

Con el blog Coeduelda de Pitxu García, información sobre la coeducación no nos falta.

He aprendido muchas más cosas con otros blogs, además de sobre feminismo, coeducación y estudios de género. Pero lo que sí tengo claro es que todo cuanto he aprendido con vosotros y vosotras acerca de estos temas, no lo hubiese aprendido en ningún otro lado.

Hace mucha falta, claro está, que se haga un esfuerzo por transmitir la cultura a las siguientes generaciones, así que vuestra labor es importante. Así como es importante dejar de lanzar la pelota de la responsabilidad en educación a otras personas... Porque ni todo depende de los padres y las madres, ni las familias pueden esperar que sean los y las docentes quienes se encargan de educar y de formar en todos los ámbitos.

Aunque no siempre es así, mayoritariamente nuestra sociedad se conforma según el modelo educativo trasmitido; y la educación transmitida forma la sociedad. Por ende, hemos de darnos cuenta de que la educación la llevamos a cabo todas y todos; que la educación es una responsabilidad y un derecho a nivel social.

Por eso hago esta entrada dirigida a todos y a todas quienes os preocupáis en transmitir una herencia cultural que en las escuelas no se transmite. Por este motivo, a todos los adultos y a todas las adultas que os molestáis en mostrar cosas tan importantes como la desigualdad entre varones y mujeres, os doy las gracias.

jueves, 8 de agosto de 2013

La libertad sexual consiste en poder decir "sí", pero también "no".

Quienes repudiamos el condicionamiento religioso, patriarcal, conservador... nos esforzamos por educar a chicos y chicas para que sean libres de decir "sí" a las relaciones sexuales seguras y consentidas, y para explorar su propio cuerpo. Nos esforzamos por alejar a las chicas de esa mentalidad machista que reza que ellas deben tener relaciones sexuales solo dentro del matrimonio y con su pareja, además de alejar a los chicos de esa tendencia a creer que un "macho bien macho" es aquel que logra acostarse con todas, les guste o no les guste, y quieran ellas o no.

La libertad sexual, además de la educación sexual, en condiciones de plena libertad, igualdad y seguridad, es uno de nuestros principales objetivos.

Para ello, imprescindible es el logro de un fácil acceso a los métodos anticonceptivos para todos y todas; el logro de una mentalidad abierta que no rechace a aquella mujer o aquel varón que decide tener relaciones extra-matrimoniales; el logro de la libertad de ser o no ser padre/madre; etc.

Pero, indudablemente, y esto se está pasando un poco por alto... es imprescindible educar también para saber decir "no".

Digo que es importante, porque muestra cómo el machismo afecta a adolescentes y jóvenes en el tema afectivo y sexual. Es importante, porque el dichoso "no", hoy día perjudica tanto a chicas como a chicos, sin darnos cuenta.

A las chicas les perjudica porque, siguiendo el mandato patriarcal, no solo si se acuestan con muchos son tildadas como sucias o pecaminosas, sino que además, hoy día, con la excusa del "hay que ser progre", muchas chicas mantienen relaciones sexuales con gente sin querer tenerlas. Por miedo a quedar como unas dejadas, unas retrasadas, muchas chicas se acuestan con gente sin haberlo querido hacer.

Es decir, muchas adolescentes y jóvenes se debaten entre hacerlo o no hacerlo a raíz del conflicto "frígida o prostituta" (con perdón de las frígidas y las prostitutas, a quienes hay que respetar, pues no hacen nada malo). Y por este motivo, enseñar a las chicas a decir "no", además de "sí", es importante. Al fin y al cabo, lo importante es poder lo que a uno o una realmente le place sin importar las opiniones ajenas.

No olvidemos que la base de la opresión femenina mediante el hetero-patriarcado capitalista, no radica ni en decir que sí, ni en decir que no; ni en ser o no ser madre. La raíz de la opresión femenina está, sencillamente, en que una mujer, haga lo que haga, nunca sea bajo su propia decisión y autonomía. La opresión de una mujer se basa, simplemente, en que no pueda decidir por su propia cuenta.

Ahora bien, como ya he dicho, ese "no" también queda ausente en los varones.

El mandato masculino consiste en ser "todo un hombre", lo cual pasa principalmente por "no ser mujer". Por lo tanto, si ella tradicionalmente no debía acostarse más que con su pareja, él, por el contrario, ha de hacer el amor con toda la que se cruce por delante, esté o no dispuesta ella a mantener relaciones sexuales con él; y quiera él o no quiera.

De este modo, nos topamos con testimonios como el reflejado por parte de MB en esta entrada del blog Modela tu Placer, de la Pedagoga y Terapetuta sexual y de pareja Mónica Quesada Juan (texto que, por cierto, fue publicado en la revista feminista Píkara Magazine):

“Llevo un tiempo observando y sufriendo la opinión de mis amigos con respecto a cómo vivo mi sexualidad. Siempre he tenido éxito en el terreno amoroso y sexual en el sentido de que llamo la atención y no tengo que esforzarme mucho para ligar. Pero mis amigos siempre me dicen que soy tonto por no aprovechar todas las oportunidades que se me presentan. Y estoy empezando a dudar de si tengo algún problema porque es cierto que no me apetece siempre que me lo ofrecen. ¿Soy raro?. MB”.

De hecho, tras las horrendas fiestas de San Fermín en España, salieron múltiples imágenes y noticias sobre hombres tocando a mujeres. No voy a entrar en detalle al respecto. No voy a decir si me parece bien o mal que un hombre toque a una mujer, pues eso lo decide esa mujer, no yo. Si ella no quería y se sintió violada, habrá que apoyarla en su denuncia. Si a ella le gustó, disfrutó... ¿a quién le importa? Ella que disfrute y el resto a callar.

Pero poco se ha dicho de los varones... (ni siquiera los y las masculinistas, que tanto dicen centrarse en los problemas masculinos. Al final tenemos que ser los y las feministas quienes demos realmente la cara por ellas y por ellos...). Porque, sí, allí los hubo que disfrutaron tocando a mujeres (y si ellas querían y consintieron, bien por ellas y por ellos). Pero, quién sabe, tal vez también los hubo que no querían y fueron sutilmente obligados a tocar e incluso a abusar. Porque, no olvidemos, un macho bien macho "siempre quiere, nunca dice que no al sexo o a disfrutar utilizando a una mujer". Así pues, tal vez alguno, presionado por un grupo de amigos o por el propio contexto, con miedo de ser calificado como homosexual, retrógrado, imbécil... hiciese lo que no quería hacer.

Por supuesto, eso no quita que si toqueteó a alguna contra su voluntad (la de ella), por mucho que lo hiciese presionado, sin tan siquiera quererlo hacer él, entonces hizo mal y ha de ser juzgado. Pero también puede darse el caso de que una mujer obligue a un hombre a tocarla bajo la amenaza de juzgar "su virilidad".

En resumen: desde el feminismo y la coeducación deberíamos dejarnos de tanto debate absurdo de si velo sí o velo no; de si sexo sí o sexo no; de si lactancia materna sí o lactancia materna no; de si enseñar o no las tetas; de si tal postura sí o tal postura no...

Existe una realidad, cierto, y hay que criticarla. Pero no por ello hemos de caer en polos radicalmente opuestos. Determinados debates sobe "si esto sí o si esto no" me parecen tan absurdos como si debatimos el hecho de que haya o no haya penetración / absorción en las relaciones sexuales por miedo a caer en el coitocentrismo (digo "determinados" porque obviamente hay cosas a las que hay que decir un sí o un no rotundo. El relativismo no implica debatir entre aceptar o rechazar la pena de muerte, por ejemplo).

En serio. Dejémonos de ciertos binomios y de payasadas, y comencemos a hacer cada una y cada uno lo que nos gusta, lo que queremos.

Porque este asunto del "sí" y del "no" es más grave de lo que nos pensamos, dado que traspasa el tema del sexo. Hay niños que dicen "no" y se quedan sin jugar a las muñecas o sin ver una serie socialmente considerada de chicas solo para no ser criticados por sus semejantes. Hay niñas que dicen "no" y se echan atrás a la hora de jugar un partido de fútbol para que no las insulten. Pero también, al llegar a la adolescencia y la juventud, nos topamos con chicos y chicas que dicen "sí" a fumar marihuana por miedo a decir "no" y les miren mal.

Aprendamos y enseñemos a decir sí y no desde nuestra propia (y única) decisión... y así evitaremos muchos problemas, como las violaciones y los maltratos.

Seguro que nos va mucho mejor.
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