miércoles, 14 de marzo de 2012

Adultocentrismo en el cine.

Como ya he explicado otras veces, el sexismo no es el único resultado del patriarcado occidental. El adultocentrismo, idea de que las personas adultas son superiores a las más jóvenes, también lo es.

Ayer en clase una profesora nos puso la película El estudiante, una película mexicana que habla sobre la educación de personas mayores. Trata de un hombre anciano que se mete a estudiar a la Universidad y muestra su relación con los y las jóvenes, su forma de pensar, hace un comparación entre su época y la de mi generación, etc.

Pues bien, el caso es que esta película, al igual que otras que he visto últimamente, está llena de tópicos adultocentristas. No sé si es porque está de moda entre periodistas y cineastas, pero está claro que se han propuesto mostrarnos a los y las jóvenes como seres irracionales que nos pasamos la vida orinando en las puertas de las casas y que nos encanta, a todos y todas sin excepción, quemar papeleras y romper los bancos de los parques, mientras expulsamos alcohol por las orejas y destilamos un intenso olor a porro.

De hecho, cada vez que quieren denigrar una manifestación o un movimiento, aunque haya personas de todos los colores y de todas las edades, lo primero que hacen es mostrar a jóvenes y decir que "sólo son universitarios y universitarias" (perdón, universitarios solamente, que las mujeres no existen...). 

Y es que es bien sabido que los y las estudiantes de las diferentes Universidades españolas, nunca, nunca, nunca, estudiamos. No. Realmente las Universidades no son centros de formación de personas para un trabajo, sino que son asentamientos militares en donde tenemos escondida una guillotina gigante y en donde trabajamos (perdón, rectifico: en donde nos tocamos los huevos/ovarios) en la creación de cócteles molotov y en el diseño de planes maquiavélicos orientados a la quema del país entero.

Bueno, el caso es que la película de la que hablo estaba henchida de tópicos adultocentristas. Uno tras otro. Tópico va y tópico viene.  Y algunos son los siguientes:

1- Los y las jóvenes somos seres satánicos que carecemos de respeto alguno.

2- Los y las jóvenes no sabemos amar. Sólo las personas adultas saben tener un amor durarero y eterno, basado en el respeto y el cariño. 

3- Las mujeres jóvenes son todas unas irresponsables que no saben tomar precauciones a la hora de tener relaciones sexuales. Por ende, siempre, ¡siempre!, acaban embarazadas (y esto aun cuando las estadísticas muestran que son las mujeres jóvenes quienes más métodos anticonceptivos usan y también quienes tienen una menor tasa de abortos. Por supuesto hablo sólo de la responsabilidad de las mujeres a la hora de tomar precauciones en sus relaciones sexuales, porque es a ellas a quienes la sociedad atribuye dicha responsabilidad. Parece ser que a los varones nos arde la mano si tocamos un preservativo...).

4- A todos, todos, todos los jóvenes y a todas, todas, todas las jóvenes nos encanta la música tecnológica, tomar drogas y beber alcohol hasta tener un coma etílico.

5- Siempre son las personas adultas las que saben más, las que comprenden mejor y las que enseñan a las personas jóvenes. No es posible que una persona joven pueda enseñarle algo a otra adulta, o comprender algo antes que ésta (de hecho, hay gente adulta que dice sorprenderse, por ejemplo, cuando encuentra a una persona joven que es capaz de ver sexismo, o cuando le ganas en una partida de ajedrez. ¡Como si el hecho de ser jóvenes redujese nuestro Cociente Intelectual a 1!).

6- El modelo de amor romántico que llevaban a cabo nuestros abuelos y nuestras abuelas es el bueno y el correcto. Para que un chico pueda salir con una chica (por supuesto, de homosexualidad ni hablemos), éste ha de arrodillarse ante ella, pedirle la mano, mandarle un grupo de músicos a tocar bajo el balcón de su casa... y no tocarla hasta después del matrimonio.

7- Si hoy día muchos y muchas jóvenes no llevamos a cabo las acciones descritas en el punto anterior... ¡es porque hemos perdido la decencia!

8- Los y las jóvenes sólo, ¡sólo!, pensamos en el sexo. Y si somos varones... nuestra única meta actual es la de hacer el amor con una mujer y dejarla tirada al día siguiente (ah, es verdad, que hoy en día los y las jóvenes no hacemos el amor... porque a todos los varones jóvenes sólo nos gusta denigrar a las mujeres como hacen en las películas pornográficas, o "echar polvos" en la calle, delante de niños y niñas jugando a la pelota...).

9- Todas las personas jóvenes somos incultas. Nuestra generación es una generación ignorante. No sabemos nada, y nunca, nunca, nunca abrimos un libro. El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha es un libro que jamás será abierto por un o una joven por gusto propio. Sólo lo hará si un profesor o una profesora le obliga a hacerlo.

En resumidas cuentas: que se da una imagen de nosotros/as fantástica. ¿Verdad?

Nota:

No, no me quejo de esto porque quiera negar la existencia de jóvenes que destrozan parques y que están metidos/as en la droga y en el alcohol. Lo que me molesta es la generalización, la visión generalizada y denigrante que se da de nosotros/as, y el hecho de que se muestra que estas cosas sólo pasan entre jóvenes. Porque "las personas adultas nunca, nunca, nunca se emborrachan, ni faltan al respeto, si se cuelan en la fila del cine, ni roban, ni hacen nada malo". 

5 comentarios:

laindefensiónaprendida dijo...

¡¡¡Excelente artículo Enrique!!, me ha encantado. Los tópicos funcionan, son fáciles de comprender y, ya sabes, a la gente le cuesta pensar.
Un beso

mamisepa dijo...

Tienes toda la razón. Además, me ha encantado tu tono irónico, eso siempre "da más en la frente" de quienes creen eso de verdad.

Si tuviera que poner el puntito en algún sitio, te diré que tienes razón en que no siempre los adultos saben más que los jóvenes, más que nada porque nadie lo sabe todo. Por ejemplo, yo estoy convencida de que sabes mucho más que yo de ajedrez, y de que hay chavales de 12 años que me dan 1000 vueltas con la informática ( y yo como una tonta, venga a hacer cursitos y agobiarme...). Lo que sí puede ocurrir es que, si te pillan en tu especialidad, es probable que el adulto sepa más, pero no exactamente por ser adulto, sino porque ha podido dedicar más tiempo a ese tema, se ha encontrado con los problemas antes y ya sabe cuál es la mejor solución (o la menos mala). Pero hablo de que sean 2 persoonas hablando o trabajando sobre el mismo tema. Y aún así, es importantísimo recordar que nunca lo sabemos todo, y siempre hay que estar abierto a escuchar a todo el mundo, que igual nos sorprenden.

Por lo demás, para que veas, ya que hablas de porros, es un tema que a mí nunca me ha ido, no he probado jamás. Pues la primera vez que he visto fumarse porros alegremente delante mío fue esta nochevieja, en una cena en la que me invitaron a ir, el anfitrión en cuestión tiene 51 años y se pasó toda la noche haciendo porros uno detrás del otro (así acabé yo, no me fumé ni uno pero como si me hubiera fumado 5!!!!).

En fin, ánimo porque viene la derecha rancia y no van a ser tiempos fáciles, salvo para los varones heterosexuales blancos, ni muy jóvenes ni muy viejos, con bastante dinero en la cartera.

Un saludo.

mamisepa dijo...

Otra cosa, he visto el libro que estás leyendo y yo no lo encuentro por ninguna parte, ya me dirás dónde lo has conseguido, que no hay manera de pillarlo!!

Enrique dijo...

Misteriosa:

El libro de Elizabeth Badinter lo compró Kuxille en una tienda feminista que hay en Madrid capital. Hay una tienda llamada "Mujeres" en donde puedes comprar todo tipo de libros publicados por mujeres; y sobre todo si hablan sobre los temas de feminismo y coeducación.

Ahora bien, buscando por Internet, he visto que puedes encontrarlo en alguna tienda FNAC. No sé si habrá por Baleares, pero imagino que sí. Según dice en la web, probablemente tengas que pedirlo y puede tardarte en llegar entre 8 y 10 días.

Saludos.

Enrique dijo...

Misteriosa:

Por cierto, aunque sí es verdad que dentro de una misma especialidad es más probable que la persona adulta sepa más que la joven, no tiene por qué siempre ser así. Hay muchos más factores que habría que tener en cuenta, como la calidad del tiempo dedicado, el esfuerzo, el interés o la edad a la que se comenzó a practicar la tarea.

Yo he llegado a recibir una auténtica paliza por parte de algún chaval de 10 años. Sencillamente, el niño entrenaba con profesores que competían a nivel internacional y su padre era profesor también de ajedrez y en casa le ponía ejercicios y le mostraba programas informáticos, mientras que yo estuve desde los 9 años hasta los 16 aprendiendo de forma autodidacta (y mal, por cierto), jugando con familiares y compañeros/as de clase.

A partir de los 16 me apunté a los Campeonatos escolares de la Comunidad de Madrid y a partir de entonces aprendí bien. Además, el vicio que le cogí fue tal, que llegué a dedicarle 6 horas diarias (no voy a broma). En sólo un año pasé de estar a la cola de la clasificación local y en la posición cincuenta y tantos de estos campeonatos, a ser campeón de mi localidad, sub-campeón de la zona Sur, a encontrarme entre los 20 mejores jugadores de los campeonatos escolares de toda la Comunidad de Madrid... y a ganar a un profesor que tuve. xD

Así que incluso eso puede ser relativo.

Besos.

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