miércoles, 17 de abril de 2013

El amor romántico y sus consecuencias.

El amor romántico es un arma de doble filo. Por un lado, puede hacerle sentir a una persona totalmente plena y feliz cuando se encuentra con la persona amada, pero por otro lado, puede llevar perfectamente, y en este orden, al aislamiento, a la dependencia, al miedo y el dolor, y, no siempre pero puede suceder, al maltrato.

¿Cómo es esto posible? Es muy sencillo:

Si solo estamos única y exclusivamente con nuestra pareja, si nos fusionamos con ella y hacemos que desaparezca el universo, nos aislamos de nuestra familia, de nuestros amigos y nuestras amigas, e incluso de nuestra propia vida, de nuestras aficciones, de nuestros estudios, de nuestro ser. Porque ya no somos dos personas con su personalidad, su mundo y su contexto, sino que somos un ente diferente despojado de su esencia, para dar lugar a un ente nuevo y distinto que se ha fusionado con otro ser que también se ha perdido a si mismo junto a su mundo.

Por eso no me gusta el amor romántico. Por eso quiero que mi pareja siga adeante con su vida, con sus estudios, con su trabajo, con su futuro, con sus amigos y amigas, con sus compañeros y compañeras de clase, con sus aficciones... Porque yo me enamoro de una persona con sus ideas, sus gustos, su contexto, su mundo... y no de un entre que decide transformarse en otra criatura diferente por y para mí. Me enamoro de la persona a priori y no del ente en el que se transforma a posteriori.

Este aislamiento, posteriormente pasa a la dependencia...

Dependencia porque si hemos perdido nuestro mundo y nuestro ser, solamente nos queda la pareja. Y el ser humano es un ser social. Podemos tener una mayor o menor autonomía, pero no podemos ser puramente independientes. No podemos quedarnos en la soledad. Necesitamos convivir con algo o con alguien. Si todo nuestro mundo se desmorona, no nos queda otro remedio más que depender de ese único ser humano que nos queda ya en el mundo. Y lo que es peor: esto funciona como un bucle, en tanto que a mayor aislamiento, mayor dependencia; y cuanto más dependiente se es... más acabamos aislándonos.

Lo cual nos lleva al miedo y el dolor...

Recapitulemos: hemos abandonado a nuestros seres queridos, hemos dejado nuestros proyectos, nos hemos deshecho de nuestro mundo y, lo que es peor, nos hemos perdido a nosotros/as mismos/as.

Por consiguiente, si solo nos queda la pareja, acabar cortando con esta persona nos puede dejar en la auténtica y cruel soledad. Entonces llegan los miedos, las inseguridades, los celos al máximo... y por tanto, el sufrimiento. 

Y entonces, nos hacemos vulnerables... y nos volvemos o bien serviciales, o bien una bestia peligrosa...

Si estamos sufriendo y no queremos acabar en la soledad, solo tenemos dos caminos: o servir a nuestra pareja constantemente para agradarla e impedir "que se nos escape", o adoptar un papel dominante y controlador que nos convierte en personas maltratadoras, con el objetivo también de que esa persona "no se nos escape".

¿Cuál es la solución a todo esto? En la teoría, muy sencilla: adoptar un modelo de pareja libre, totalmente alejado del modelo de la media naranja, en donde ambas partes de la relación sean ellas mismas y no un ser transformado, en donde ambas parts conserven a sus amistades, a sus familiares, sus proyectos de vida, sus intereses y gustos, sus ideas... sus vidas.

Ahora bien, como bien he dicho, esta solución es sencilla en la teoría. Pero en la práctica, me he dado cuenta de que no es tan fácil. De hecho, si hubiese escrito esta entrada hace unos cuantos meses, la habría terminado en el párrafo anterior. 

Pero he aprendido algo por experiencia que me lleva a tener que continuar...

El amor romántico se nos inculca desde nuestra más tierna infancia. Cuando se nos pregunta si ya tenemos novio (si somos niña) o novia (si somos niño), en los libros, en las películas, a través del dichoso Día de San Valentín, etc. Esto hace que nuestra tendencia sea hacia el amor romántico, y que si acabamos abriendo los ojos y buscando un amor libre, nos topemos con el problema con el que mi novia y yo nos estamos encontrando: no nos aislamos del mundo... ¡pero el mundo se aísla de ella y de mí!

Como la gente tiende al amor romántico, acabas encontrándote con que aunque no te aísles del universo, poco a poco tus amigos y tus amigas, a medida que acaban teniendo pareja, se alejan de ti y no vuelven a aparecer (bueno, sí, aparecen cuando cortan con su pareja, pero si a la hora les llaman al teléfono móvil para decirles que quieren volver, se marchan de nuevo hasta nuevo aviso).

Entonces, ¿cómo mantener tus amistades y seres queridos, si esas personas optan por el modelo del amor romántico, se aíslan y no regresan?

Al final, no te queda más remedio que tirar hacia adelante con tus familiares y tus proyectos... y comenzar de nuevo, buscando nuevas amistades que o bien no tengan pareja, o bien piensen como tú y opten por un modelo más libre, si no quieres acabar tú también en la dependencia sin buscarlo.

Claro, otra opción es conseguir convencer a tus amigos y amigas que salgan contigo y sus parejas al mismo tiempo, pero en ocasiones la gente no es consciente de que estamos saliendo en grupo y al final acabamos saliendo un grupo de parejas.

Por este motivo, cuando voy con amigos y amigas procuro no ir siempre al lado de mi pareja, ni ir dándome besos ni abrazado, porque si no puede más el condicionamiento en el amor romántico que lo que quieres hacer, y al final sales y no sales a la vez con tus amigos y amigas. 

De hecho, si vas alguna vez a una discoteca con tu grupo y con tu pareja, como empieces a besarte y a abrazarte, acabas bailando solamente con tu pareja y tus amistades no se acercan a hacerlo contigo por la idea estúpida de que perteneces a otra persona y ya no se te puede ni mirar.

Es delirante...


Nota importante:

Contra esto, mucha gente suele reaccionar de uno de estas maneras: o procura no enamorarse nunca, o fuerza una relación basada en el poliamor, o trata de acostarse con toda persona que ve.

Aviso: ¡no funciona! Los sentimientos deben ir y venir por sí mismos, y no forzarlos a nada. 

Forzar el poliamor solo hará sufrir, porque nadie elige no enamorarse de más de una persona, pero tampoco enamorarse de más de una. Acostarse con toda persona a quien se ve solo porque haya alguien que te mire mal si solo lo has hecho con una persona o por miedo a caer en el amor romántico, también nos hará sufrir, pues eso es igual que si tu padre o tu madre te fuerza a comer el plato que más detestas. Y no enamorarse tampoco sirve, porque no solo no elegimos nuestros sentimientos, sino que además, aunque podamos llegar a evitar ciertos dolores si llegamos a no enamorarnos a nuestra voluntad... lo cierto es que eso también nos hace perdernos momentos maravillosos.

5 comentarios:

mamisepa dijo...

¡Genial! ¿Esto podría ser asignatura obligatoria en el cole? Pregunto...

Es que tienes tanta razón... La de mujeres que no se deciden a separarse porque según ellas tienen "un proyecto de vida común" con su marido. ¡Y una porra! Lo que pasa es que dependen de él, económica y /o emocionalmente. Y cómo cuesta hacerles entender que lo mejor que pueden hacer es coger las riendas de su vida, en lugar de esperar a que venga otro hombre a rescatarla de este.

Un saludo.

Enrique dijo...

Bueno, Mamisepa, no sé si estaría bien poner en los colegios una asignatura de este tipo, porque me da cosa poner a los niños y las niñas a pensar en noviazgos... Pero desde luego en el Instituto estaría de maravilla aguna así como "Educación emocional" o algo por el estilo.

Lo otro que dices... tienes razón y es triste que sea así.

Por cierto, no tiene que ver con la entrada, pero me he acordado de ti y no sabía dónde mandártelo...

Te paso un link con una noticia sobre aviones. Yo me he reído con ella.

http://www.elmundotoday.com/2013/04/un-avion-de-ryanair-aterriza-para-preguntar/

Saludos.

Claudia E. dijo...

Hola Enrique!

Considero que el poliamor es una forma de conformismo, es como decir: "como una sola persona no me amará toda la vida mejor estoy con más de una a la vez y ellas viceversa y si una se va, otras quedan, total no soy la gran cosa como para que alguien me ame profundamente sólo a mi". Ahora podrías decirme que estoy condicionada por la sociedad (un argumento demasiado clásico que me aburre), sin embargo, he leìdo lo suficiente sobre el tema como para darme cuenta que el poliamor no es lo que quiero en mi vida, de sólo pensarlo una sensación de vacio se apodera con fuerza de mi.

Lo que tu describes no es amor romántico, sino simple y llanamente obsesión y dependencia, no todas las relaciones de monogamia caen en esa clase de dependencias que describes, lo ideal es separar tiempo para estar a solas con la persona que amas y otro tanto para ver a tu familia y amigos, caer en el poliamor o simple promiscuidad por miedo a la dependencia es demasiado simplón.

Hay demasiado colectivismo en esta vida como para no desear tener una parcela de exclusivismo por varios momentos y qué mejor que con la persona que se ama románticamente.

Saludos!

Enrique dijo...

Buenas, Claudia. ¡Bienvenida al blog!

Bajo mi punto de vista, el poliamor no se trata de conformismo, sino de aceptación de la persona como un ser sintiente y no como un robot que ha de estar a nuestro servicio, y también como el devenir del amor en su plenitud, sin restrinciones, sin tabúes, sin miedos.

El poliamor es el amor en su pureza y sinceridad. No se oculta; no esconde; no engaña. Se basa en la auténtica confianza y en la verdad.

El poliamor es, asimismo, el bien del universo: repele al odio colectivo, al capitalismo, al egoísmo; y a su vez, es fuente del amor socieal, de la colectividad, de la unión de todo el ser humano como especie en comunidad.

La monogamia, por el contrario, representa la duda, el miedo y el conformismo, pues se da en estas condiciones:

Si se es varón heterosexual: "¿Y si el hijo o la hija no lleva mis genes? Mejor atadita, que así no gasto fuerzas en cuidar a un ser que no me pertenece".

Si se es mujer heterosexual: "¿Y si tiene una criatura con otra mujer y gasta sus esfuerzos en alimentar al ser de esa otra en lugar de en los míos?

Y, en general, es una forma de atar por baja confianza: "Solo con pareja soy persona, por mí no valgo nada. Y como mi pareja puede abandonarme, mejor que no conozca a nadie más y me aseguro de que solo esté a mi lado para evitar que me deje. Porque seguro que no es capaz de amarme por igual que a otra persona. Siento que valgo menos, así pues, seguramente me amará menos o me dejará, si intento un poliamor".

Ojo, no estoy diciendo que en una relación deban de haber más de dos personas. El amor va y viene como quiere. Nadie lo controla. No se puede forzar la poligamia porque nadie elige amar a más de un ser humano; y tampoco se puede forzar la monogamia porque nadie elige no enamorarse de dos, o tres...

Además, en toda monogamia puede haber tanto monogamia como poligamia, en función de si te son o no son fieles.

Y en todo poliamor puede haber monogamia y poligamia, dado que pueden enamorarse de más de una persona, o no, si ese segundo amor no llega (o llega pero esta segunda parte no quiere poliamor y lucha por deshacer la pareja anterior).

Y en esta sociedad no hay demasiado colectivismo. El colectivismo es una ilusión generada por la sociedad para hacernos creer que tenemos unión y hacernos sentirnos mejor.

Pero lo cierto es que, como suele comentar mi amada, no somos más que como zombies: hay muchos, en colectividad, juntos y revueltos, pero están totalmente aislados los unos a los otros por sus cabezas huecas y el virus del egoísmo.

Si visiésemos en una colectividad, y no en un ser totalmente individualista como en el que estamos, no habría gente pasando hambre, no habría gente envidiosa de ver que quien gana menos recibe la misma atención sanitaria que quien gana más gracias al sistema público, no habría gente que pensaría más en un i-phone que en las personas de su barrio, etc.

Saludos.

mamisepa dijo...

Primero, gracias por la noticia. "Elmundotoday" es una página que saca noticias así, chorras. Por ejemplo, una vez sacaron que la Supernanny decía que había que "sacrificar" a un niño porque era muy revoltoso. Fue entonces cuando me enteré de la existencia de esta página. Está bien, al menos hacen reír, que buena falta nos hace.

Segundo:

Por lo que yo he leído, la forma en que se establecen las relaciones entre hombres y mujeres, casi siempre ha respondido más a intereses económicos que a nuestra naturaleza ( o no-naturaleza) biológica. Es decir, donde interesa que existan polígamos, pues se institucionaliza la poligamia. Donde interesan las poliandrias (una mujer con varios hombres), pues se institucionalizan las poliandrias. Veo que he dicho "donde". Creo que debería ser "donde y cuando". Así, donde y cuando ha interesado la pareja heterosexual monógama, eso es lo que se instaura de forma oficial. Y claro que estamos condicionados. Pero en cuanto miramos más allá de nuestras blancas y rubias fronteras europeas, vemos que hay (y ha habido) de todo en el mundo. Y yo estoy segura de que lo seguirá habiendo. En la cárcel hay relaciones homosexuales, ¿qué es que los homosexuales son más criminales y están todos ahí encerrados? No, es que, como dice el refrán, "a falta de pan, buenas son tortas".

Y no me extiendo más ,porque esto llevaría a la conversación que tengo pendiente con Asterix, que todavía no va a poder ser (mi ausencia internetera actual está totalmente justificada, pero todo llegará).

Un saludo.

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