Dicen que los varones no están preparados para cuidar a un o una bebé tan bien como una mujer. Dicen que una "falta de instinto paternal" les hace menos sensibles al llanto, que estén menos interesados en la crianza o que sean torpes en el cuidado.
Pues bien, si ya parecía poco el mostrar que el feto reconoce la voz del padre y su ritmo cardíaco aumenta al escucharla; si ya parecía poco demostrar cómo la oxitocina, esa hormona del amor y del apego, también se encuentra en los padres; si ya parecía poco que el cerebro masculino también puede cambiar con la paternidad; si ya parecía poco que la diversidad animal es tan variada que no podemos dar por hecho que un varón, por ser macho, no se implicaría de forma natural en la crianza... ahora un nuevo estudio nos indica que los varones son tan capaces como las mujeres de reconocer el llanto de su bebé.
Este estudio nos indica que el hecho de reconocer o no reconocer el llanto de la criatura tiene más bien que ver con el tiempo que el padre pasa con ella. Asimismo, el estudio nos sugiere que al mismo tiempo, el varón podría padecer un conjunto de cambios biológicos con la paternidad, los cuales producirían un proceso de "sincronía biológica" con la madre ya desde antes del parto, preparándole para la crianza
Os paso una entrada escrita en Save the Children por Romina González, técnico de Advocacy y Políticas de Infancia:
Nos hemos topado con un tímido, pero interesante dato: un estudio publicado por la revista Nature Communications desvela que los hombres son tan capaces como las mujeres de reconocer el llanto de su bebé. Algo que a simple vista podría parecer obvio o poco significativo, contribuiría a deslegitimar el arraigado determinismo genético que atribuye esencialmente a las mujeres la habilidad para responder adecuadamente a las necesidades y de los hijos e hijas.
El estudio “Father are just as good as mothers at recognizing the cries of their baby” (1) llevado a cabo por un equipo de científicos franceses, sugiere que reconocer el llanto del hijo entre varias grabaciones tiene que ver con el tiempo que el sujeto pasa con el bebé –la disposición del cuidador, ya sea la madre o el padre- y que, a su vez, esto podría verse influenciado por una serie de cambios biológicos que la paternidad desencadena en el hombre. Diversos estudios apuntan que unas semanas antes del parto y durante el posterior período de crianza, los varones experimentan un proceso de “sincronía biológica” con la madre que les “prepara” para asumir las tareas de cuidado y apoyar a la madre.
Pero ¿la paternidad en sí provoca estos cambios inevitablemente en todos los varones? Sin conocer a fondo todos los estudios al respecto, me aventuro a lanzar la hipótesis de que biología y conducta también se retroalimentan en este caso, es decir, estos cambios surgirían de la interacción que se da entre el interés del futuro padre por los cuidados de la madre gestante y un descenso considerable (¿causa o efecto?) de sus niveles de testosterona. Cambios que, con probabilidad, no se den en un padre ausente física y/o emocionalmente de su vivencia previa y posterior a la paternidad.
Aunque está por determinar si la calidad de la respuesta, el saber “interpretar” y actuar con prontitud es similar en ambos sexos, todo parece indicar que la motivación y el deseo de cuidar a los hijos tiene un peso fundamental, si no, el principal.
Cada vez son más los hombres que quieren participar en el cuidado de sus hijos asumiendo una paternidad responsable, mucho más amplia de lo que se les “ha permitido” y que pasa por compartir tareas, hasta ahora, limitadas al universo femenino. Muestra de ello, es el cambio de paradigma sobre el papel del hombre en la crianza de los hijos que promueven asociaciones como AHIGE (Asociación de Hombres por la Igualdad de Género) quienes ya ha colaborado en este espacio con la entrada al blog La paternidad responsable como camino hacia una igualdad real.
Y ahora, con todo esto, ¿quién sigue pensando que el buen cuidado y la correcta crianza es solo un asunto de mujeres?
Nota:
(1)- En inglés, significa "Los padres son tan buenos como las madres en el reconocimiento del llanto de su bebé".
Fuente:
Gracias a Kuxille por pasarme el artículo.
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