Dicen que estamos entrando en la sociedad del conocimiento. Pero yo no lo creo. Yo prefiero decir que estamos entrando en la sociedad de la información, a secas.
Actualmente hay muchos, muchos libros por todos lados y de temas varios. Asimismo, tenemos el Internet, una herramienta que nos permite, mediante la web, acceder a todo tipo de información en poco tiempo (sin contar esos ordenadores que son tan lentos que dan ganas de golpearte la cabeza contra la pared).
Sin embargo, aunque esto es un punto positivo, creo que al final acabará acarreando más problemas que trayendo ventajas, dado que, desde mi punto de vista, no se está tocando este tema de un modo adecuado.
Poder acceder a la información no es saber. Saber es poder asimilar esa información, comprenderla, analizarla críticamente (porque en Internet siempre encontraremos información que llega a ser contradictoria entre sí), y sobre todo, saber emplearla y construir nuevos conocimientos a partir de ella.
La escuela ha quedado atrasada. Cada vez hay más docentes que emplean las nuevas tecnologías o que empean pautas pedagógicas como las que promuevo en este blog, pero no se dan cuenta de que la finalidad que persiguen en sus clases sigue siendo la de antaño. Quiero decir, que aunque promuevan una metodología activa y participativa, todavía se centran en el contenido, o sea, en el qué y cuánto aprender. Y a eso le llamo yo aprendizaje al peso. Veo a niños y a niñas llevando mochilas enormes, cargadas de libros y libros, llenos de información que será memorizada y olvidada a los tres días, y lo que se haya retenido, estará en su cabeza como si de un pájaro enjaulado se tratase. Y todo por ese motivo: porque la enseñanza se fija en el qué aprender y en el cuánto aprender, en dar muchas respuestas.
Esto nos lleva a olvidar el cómo y para qué aprender.
El cómo aprender es importante, porque nos hace abandonar el punto de vista adultocentrisa en el que el maestro enseña y a partir de ello aprende el alumnado (y quien no aprende es porque es tonto/a), y en su lugar, nos centramos más bien en el aprendizaje de los/as discentes, y en función de ese aprendizaje podremos decir si hemos enseñado o no. Por lo cual, bajo mi punto de vista, haríamos bien en no obsesionarnos tanto en los métodos de enseñanza y comenzar a centrarnos más en los métodos de aprendizaje, de tal modo que no hablemos de un modelo de enseñanza-aprendizaje, sino de un modelo de aprendizaje-enseñanza.
Así mismo, es importante el cómo aprender, porque, lo queramos o no, los y las docentes tenemos que enseñar a aprender, ya que un alumno o una alumna que aprende a aprender, podrá seguir aprendiendo a lo largo de toda su vida (aprendizaje permanente); y eso es algo sumamente importante, ya que en una sociedad en la que la información crece día a día de forma muy rápida, tenemos que saber renovarnos. Hace varios años, una persona que estudiaba una carrera aprendía contenidos que podían servirle para muchos años. Actualmente, quien no se renueve, puede quedar anticuado/a en menos que canta un gallo.
El para qué aprender también es importante, en primer lugar, porque el alumnado se motiva más y aprende mejor si encuentra un sentido a lo que aprende (a mí me frustraba muchísimo preguntar a mis profesores/as "¿Para qué sirve aprender esto?" y obtener por respuesta un mísero "Para aprobar"); y en segundo término, porque no basta con aprender solamente, no basta fijarnos solo en los contenidos: hay que enseñar a desarrollar capacidades y valores a partir de los conocimientos y de los métodos. ¿De qué me sirve aprender algo si no sé darle una utilidad ni sacar una idea propia a partir de ello; si sólo me limito a reproducir al pie de la letra lo aprendido, y además lo empleo para fines egoístas y dañinos?
Es por ello, pienso, que debemos dejar de pensar en métodos avanzados que nos permitan llenar mejor las mentes y comenzar a emplear técnicas que ayuden a los/as discentes a encender bombillas en su cabeza con los contenidos aprendidos, y a que esas ideas sean empleadas de un modo ético, cívico y socio-afectivo.
Y para ello, hay que enseñar a procesar, criticar, comprender y emplear la información que podemos encontrar hoy en día por cualquier parte. Hay que enseñar a amueblar la mente y a desarrollar capacidades con los conocimientos. Hay que enseñar a pensar y a pensar sobre el pensamiento. Tenemos que abandonar un modelo de escuela basada en dar respuestas exclusivamente, y comenzar a avanzar hacia un modelo de escuela que enseñe también a hacerse preguntas (pero, claro, si hacemos esto, el personal se vuelve preguntón... y hay gente a la que esto no le interesa...).
En la Escuela Tradicional, los y las docentes se centraban en los contenidos, los cuales formaban parte del currículum explícito. Y de forma oculta se inculcaban los valores (y a esto me recuerda cómo se está llevando a cabo la asignatura de Educación para la Ciudadanía: los valores enseñados son simples contenidos descritos en el libro. Y, bajo mi punto de vista, la solidaridad no se promueve mostrando que en un libro dice que hay que ser solidarios/as, sino a través de la metodología. A través de la metodología puede educarse en valores incluso en matemáticas y en química, porque no existirán números solidarios ni átomos tolerantes, pero una metodología solidaria, paricipativa, tolerante y cooperativa, fomentará la solidaridad, la participación, la tolerancia y la cooperación).
En la Escuela Activa, se enseñan métodos y herramientas para aprender. La enseñanza estaba centrada en los métodos. Es más, los contenidos no son importantes en la Escuela Activa.
Por consiguiente, tenemos que lograr un nuevo modelo de escuela en donde los niños y las niñas sepan, pero también sepan manejar los conocimientos. Una escuela que promueva la inteligencia, las habilidades, la reflexión, el pensamiento crítico... y la solidaridad, el compañerismo, la responsabilidad... Una escuela en la cual los métodos y los contenidos sean importantes, pero no lo principal del aprendizaje de los niños y las niñas.
Tenemos que conseguir una escuela en la que los métodos y los contenidos sean medios para amueblar la mente, enseñar a usarla, y desarrollar capacidades y valores.
6 comentarios:
Muy bien, me gusta, cierto y necesario, comencemos con menos TV y más instrumentos en casa (musicales se entiende.)
Un beso
Me ha encantado, estoy muy de acuerdo. Pero, ¿has visto lo que pides? ¿Pedirles a nuestros políticos que fomenten que la gente piense por sí misma y se cuestione las cosas? Eso sería su fin, es mejor tenernos atontados. Ojalá y aunque sea poco a poco, se vaya modernizando la escuela hacia lo que tú propones. Saludos
cierto
Joaquín:
Bienvenido al blog, y gracias.
Saludos.
Estoy muy de acuerdo en que el objetivo primordial debería ser enseñar a pensar y a buscar la información.
Sobre lo que comentas de internet, encuentro que las nuevas tecnologías confunden porque las vías de búsqueda son tan grandes que nos faltan a todos herramientas para elegir las fuentes adecuadas incluso a los adultos. Creo que jamás había habido tal nivel de desinformación y tantas creencias estúpidas y variadas como actualmente.
Por otra parte, creo que a los niños les vuelve vagos por lo fácil que les resulta esa búsqueda de información a la que se les suelta sin haberles dado unas pautas. Cuando yo era pequeña iba a la biblioteca, buscaba la información en las enciclopédias, precisaba un procesado de todo lo que leía e incluso tenía que escribir un trabajo a mano o a máquina de esa que si te equivocabas tachabas las letras con tipex. Ahora un niño está en su casa, conecta el ordenador y pilla lo primero que encuentra, hace un recorta y pega y se queda tan ancho. Incluso si el trabajo es en catalán le da al traductor de google y luego ni se relee la traducción. Si te contara lo que me he reído a veces con trabajos que trae mi marido a casa...
Te doy la razón en que todo es debido a un mal enfoque de lo principal.
Un beso
Holaaaa!
Me ha encantado tu entrada,
y que difícil es llevar a cabo una educación como dios manda cuando te encuentras con sistemas educativos como el español, donde a veces los niños pasan de curso sin haber pegado ni golpe en todo el año. Una pena.
Saludos!!
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