Es decir, el fin de la educación es la libertad de cada individuo, por lo que la educación no puede ser un medio, sino un fin en sí misma. ¿Alguna duda?
Un mundo en el que, como decía el pedagogo Paulo Freire, se fomentase la pedagogía de la pregunta y no tanto la pedagogía de la respuesta.
Pero desgraciadamente tenemos una Administración educativa que dice qué y cuánto deben aprender los alumnos y las alumnas, y el profesorado se topa con la presión de tener que enseñar lo máximo posible en el menor tiempo posible (y a quien puede seguir el ritmo, se le califica de "normal"; y a quien no, de "idiota que precisa adaptaciones y apoyos").
Ay, ¡cómo cambiarían las cosas si la educación fuese un fin en sí misma y no un medio para formar gente cabizbaja!
2 comentarios:
Hace poco estaba pensando en cómo nos educan para obedecer, y más grandes, en la adolescencia, nos piden tener pensamiento crítico.
¿Te imaginas un mundo donde se enseñara a lxs niñxs a pensar, en lugar de creer sin preguntar lo que dicen lxs adultxs?
Un abrazo.
Estaría genial un mundo así, Ser Filosofista.
Un mundo en el que, como decía el pedagogo Paulo Freire, se fomentase la pedagogía de la pregunta y no tanto la pedagogía de la respuesta.
Pero desgraciadamente tenemos una Administración educativa que dice qué y cuánto deben aprender los alumnos y las alumnas, y el profesorado se topa con la presión de tener que enseñar lo máximo posible en el menor tiempo posible (y a quien puede seguir el ritmo, se le califica de "normal"; y a quien no, de "idiota que precisa adaptaciones y apoyos").
Ay, ¡cómo cambiarían las cosas si la educación fuese un fin en sí misma y no un medio para formar gente cabizbaja!
Otro abrazo para ti.
Publicar un comentario