sábado, 5 de febrero de 2011

El problema de la educación sexista.

A raíz de unas determinadas circunstancias, mi padre y mi madre han tenido que marcharse unos días a mi pueblo, y estoy inmerso estos días en la siguiente situación:

Tengo que barrer la casa, limpiarla, hacer la compra, hacer la comida, lavar la ropa, tenderla, cuidar de mi hermano, y otras tantas tareas que se deben hacer en una casa... además de estudiar, pues estoy en época de exámenes. Por lo que, como comprenderán, estoy bastante nervioso, histérico y harto.

No vayan a creer que acabo de descubrir lo que significa el tener que realizar tareas domésticas, pues eso es algo de lo que ya estoy más que acostumbrado; pero, desde luego, a hacerlo todo yo solo, era algo en lo que no me había visto metido a lo largo de mi vida.

Pero esta situación me ha hecho pensar en algo... y aprovecho que mi hermano se ha ido a la piscina y yo ya tengo todo finalizado para despejarme un rato creando una entrada.

Afortunadamente, tanto mi madre como mi padre, consciente o inconscientemente, pero así lo han hecho en bastante medida, me han educado de un modo no sexista. ¿Cuál es el resultado? Pues que, en días como estos por los que estoy pasando ahora mismo, soy auto-suficiente.

Sin necesidad de una madre, o de un padre, o de una pareja, soy capaz de ocuparme más o menos por igual de tareas domésticas y de tareas fuera del hogar.

He aprendido casi de todo, y por ello soy capaz de hacer tantas cosas por mí mismo y sin tener que pedir ayuda, sin tener que emplear mi tiempo actual para aprender. Puedo ser independiente, autónomo, verdaderamente libre.

¿Qué hubiese ocurrido si tan solamente hubiese aprendido a desempeñar las labores consideradas socialmente como "propias de un hombre"? Sencillo, que ahora mismo estaría la casa hecha un caos y yo tendría que alimentarme a base de comida precocinada, o que tendría que emplear mucho más tiempo para hacer las tareas, etcétera.

Entonces, ¿por qué sigue insistiéndose en la división de roles y en la educación sexista, si una educación no sexista nos permite una mayor emancipación, y nos otorga la posibilidad de alcanzar mayores logros personales tanto fuera como dentro del hogar?

Déjenme pensar... Mmmm... ¿Puede ser, quizá, porque es más fácil y cómodo? Sí, creo que esa es la respuesta: el sexismo pervive porque es un sistema muy cómodo; porque es más fácil aprender menos y no tener que ser responsables de ciertas tareas. 

Imaginémonos a dos hermanos, a los cuales su padre y/o su madre les ordena limpiar la casa. ¿Qué es más fácil, que uno se dedique a unas funciones y el otro al resto, o que juntos asuman la responsabilidad de todo y hagan de todo?

La primera opción es la más cómoda y sencilla. Es más fácil que una persona adopte unas pocas tareas, en lugar de asumir todas y cada unas de las funciones y sus consiguientes responsabilidades.

Cuando entré en la Universidad y comenzamos a hacer entre mi grupo y yo los primeros trabajos en equipo y las primeras exposiciones, nuestro sistema de trabajo era el siguiente:

Si debíamos hacer un trabajo sobre la Historia de la Educación, nos dividíamos el mismo y cada persona del grupo profundizaba en una parte. Por ejemplo, alguien se dedicaba a la enseñanza en el Antiguo Régimen; otra persona buscaba información sobre la educación durante el reinado de Isabel II; otro compañero se llevaba la parte de la I República... y, posteriormente, en el momento de la exposición en clase, cada cual hablaba durante un tiempo determinado sobre su tema.

¿Cuáles eran las consecuencias?:

-Cada compañero/a del grupo exclusivamente aprendía la parte que había trabajado, y no el temario por completo.
-Si una persona del grupo no hacía su labor, fallaba todo el grupo.
-Teníamos que consumir más tiempo una vez finalizado el trabajo para realizar la unificación.
-Había una mayor presión a la hora de organizar las exposiciones, ya que teníamos un tiempo muy limitado en el que cada cual expondría su parte.
-Si alguien se olvidaba de algo durante su exposición, nadie del grupo podía ayudarle, dado que únicamente esta persona conocía su parte.
-Todos/as dependíamos de todos/as.

Lo mismo ocurre en las parejas tradicionales del modelo sexista: la educación recibida no consiste en la independencia ni en la verdadera libertad. Consiste en un proceso que nos construye dependientes de otra persona que haya aprendido a realizar las tareas que nosotros/as mismos/as no aprendimos.

En este caso, podemos hablar de que, cuando encontramos pareja, hallamos a nuestra media naranja; esa media naranja que posee las cualidades que nos faltan.

Sin embargo, si educamos a nuestros hijos y nuestras hijas, y a nuestros alumnos y nuestras alumnas, de una manera lo más anti-sexista posible, conseguiremos que éstos/as aprendan más, y ello les lleve a la auto-dependencia y la auto-suficiencia; y por ende, a la autonomía y la libertad.

Pienso que si la gente aprende a realizar un mayor número de actividades, ya no dependerá de una media naranja, pues estas personas serán en el futuro, por así decirlo, "naranjas completas"; y a la hora de encontrar una pareja, entre ambas partes podrán sacar más jugo.

Dándonos cuenta mi grupo de clase y yo de lo mal encaminados que íbamos en las exposiciones, cambiamos nuestro sistema: comenzamos a desempeñar todos/as juntos/as todas las tareas; nos hicimos responsables de todo... y nuestros resultados ahora son:

-Todo el grupo conoce el temario completo, y no una parte del mismo.
-Cuando alguien del grupo falla, debido a problemas de salud, problemas familiares, o que no ha trabajado, el grupo se mantiene en pie y consistente, dado que su parte no falta por hacerse.
-A la hora de realizar las exposiciones, no establecemos un tiempo determinado para cada miembro del grupo, sino que en cualquier momento podemos hablar todos/as, enlazando nuestras partes, y construyendo un aprendizaje más significativo y vivaz.
-Si alguien se pone nervioso/a durante la exposición y se olvida de algo, otro miembro del grupo puede ayudarle.
-Ningún compañero y ninguna compañera depende del resto del equipo, dado que incluso podría llegar a realizar la exposición una única persona, si se diese el caso de que faltase todo el resto del grupo.

A través del modelo tradicional sexista, si la mujer quedaba enferma unos días, el padre tendría que pedir ayuda a una vecina para que le hiciese la comida, realizar él una chapuza de comida, o llevar a sus hijos/as a una pizzería. Y si era el hombre quien caía enfermo, durante esos días no entraría dinero en la casa.

Empero, si ambas partes de la pareja aprenden a hacer de todo, cuando un mimbro del grupo falle por algún motivo, el equipo continuará estable.

Bajo mi punto de vista, la solución es un modelo educativo que enseñe que en una familia no conviven miembros aislados, sino un conjunto que debe hacerse cargo de todo, y asumir las responsabilidades de todo cuanto se pueda; de tal forma que no se ayuden mutuamente (como se promueve muchas veces erróneamente, aludiendo que el hombre debe ayudar a la mujer en casa), sino que en su lugar cooperen como en un equipo; de tal modo que las responsabilidades del hogar las adquieran también el hombre y los/as hijos/as, y no ayuden, sino que colaboren mutuamente.


Para conocer algunos ejemplos de educación sexista y su respectiva solución didáctica, puede hacerlo a través de la siguiente entrada:

http://educacion-enrique.blogspot.com/2010/12/la-educacion-anti-sexista-la-vacuna.html


Si desea saber más acerca del sexismo en general, y el machismo en particular, puede hacerlo mediante el siguiente blog:

http://bastadesexismo.blogspot.com/

9 comentarios:

Blanch dijo...

Claro que también hay que hacer énfasis en que por qué se enseñan a los hijos y a las hijas por igual los mismos deberes, no vaya a pasar como en la familia de una amiga que cuando a su hijo le enseñaron a cocinar le dijeron: "Tienes que aprender a hacerte de comer porque no siempre va a estar una mujer para cocinarte" °_O

Enrique dijo...

Blanch:

Tienes razón, no me había dado cuenta de ese detalle. Gracias. :o)

Saludos.

Lady Persefone dijo...

Me encantó el paralelismo que diste de la división de tareas sexista, con tu exposición oral. Estoy de acuerdo con vos, no obstante me parece que hay que definir ciertas cosas básicas como lo que se enseñe, ya que no somos eternos y no nos va a alcanzar toda una vida para aprender a ser completamente autosuficientes.
Por ejemplo, si me enfermo y no estudié medicina, si tengo algún problema legal y no estudié abogacía, si quiero tocar un instrumento y no se cómo fabricármelo, o simplemente, si no recibí educación en cierto aspecto y no puedo educarme sola.
Siempre vamos a depender de alguien. Lo que podemos hacer es informarnos sobre lo que no sabemos, pero hasta un punto.

El caso de la división de tareas por sexo lo veo bastante negativo, porque no se le está dejando desarrollar a una persona lo que es capaz de lograr, sino que se la encasilla de acuerdo a si es hombre y mujer para tal o cual tarea. Y a demás, las tareas domésticas hay que hacerlas sí o sí, y el trabajo remunerado también.
Lo mismo en el caso de la educación obligatoria; que todo el alumnado aprenda lo mismo, sin división de tareas, es positivo.

Pero no siempre podremos aprender de todo...

Enrique dijo...

Lady Persefone:

Por ese motivo he dicho "He aprendido casi de todo..." y "asumir las responsabilidades de todo cuanto se pueda". Pero tienes razón.

Saludos.

mamisepa dijo...

Yo siempre he dicho que en casa hay varios montoncitos, y que cada uno pone lo que puede cuando puede: el montoncito de dienero que hay que llenar, el montón de la ropa sucia, el montón de la cocina, etc. Así como se dice que "el hombre ayuda en casa", también se dice "el sueldo de la mujer ayuda al del marido" y me fastidia especialmente, porque mi marido tiene una empresita, y cuando ha ido bien, ciertamente ha sido él quien ha traído más dinero, pero cuando se ha pasado 6 meses trabajando y sin cobrar un duro, no creo que yo estuviera "ayudando" sino que era yo quien mantenía en pie la economía familiar. La cocina la tenemos repartida: Comemos en casa, y el que llega primero es el que prepara todo, a veces él llega primero y otras veces soy yo; normalmente la recojo yo pq así él puede ir al cole a buscar a las niñas y las ve un poco, pero hay días que por ejemplo me las tengo que llevar al médico pronto y le dejo todo el fregado y le digo "hoy te ocupas tú", y desde luego cuando vuelvo está todo recogidito. Aunque sé que por desgracia esto es una excepción, ya que tanto yo hablando con otras madres, como él hablando con compañeros suyos, vemos que en otras casas las cosas no son así.

Saludos!

madredemellizos dijo...

Las tareas domésticas, con el paso de un par de generacions más, quedarán igualadas tanto para hombres como para mujeres. Acaso se mueve el mundo con una escoba? Lamentablemente, el sexismo continuará, en el Poder, Bancos, Multinacionales, Petroleras, Publicidad, Prensa,..alguna mujer hay..pero pocas..eso sí, limpiando los despachos seguro que están..
Soy madre de mellizos, el Nen y la Nena, y no voy a consentir que les inculquen feos roles sexistas, ni en casa, ni en la escuela, ni en la familia.

Enrique dijo...

Madredemellizos:

Dios te escuche, cuando dices que "las tareas domésticas, con el paso de un poar de generaciones más, quedarán igualadas tanto para hombres como para mujeres", porque según me han contado, el nivel de machismo ha aumentado (y pienso es así porque con la crisis económica, el machismo beneficia ahora, pues si las mujeres se quedan en casa con los/as hijos/as, reducirá el nivel deparo, además de gastar menos dinero en guarderías y escuelas públicas, como se está haciendo actualmente).

Está bien que eduques a la parejita de un modo no sexista, pero creo que no podrás impedirlo al 100%, pues las fuentes de influencia sexista son enormes y están por todas partes. No obstante, entre ese esfuerzo tuyo que hagas de principios, y si les enseñas a pensar por sí mismos, y cuando sean más mayores les muestras el sexismo, creo que será genial.

Besos.

Bastadesexismo dijo...

madredemellizos: tu optimismo es admirable! :-)
Lamentablemente, las cifras son abrumadoras...

En Francia hicieron un estudio sobre 10 años. En 1986, las mujeres dedicaban 5h07 por día a las tareas domésticas. Los varones, 2h07 minutos. Menos de la mitad.

13 años después (1999), las mujeres redujeron en media hora el tiempo que dedican a las tareas domésticas (4h36).
¿Y los varones?
Pues aumentaron su tiempo diario en... ¡¡6 minutos!! (2h13)

Aunque esa diferencia se haya acelerado en las últimas décadas, creo que para llegar a la paridad real (esas cifras, por ejemplo, no toman en cuenta la cantidad de tiempo dedicado a lxs niñxs, ahí la diferencia es cuatro veces, no dos), hará falta bastante más que un par de generaciones...

Enrique dijo...

Basta:

Muchas gracias por la información; siempre es bueno conocer estudios de este tipo.

Si es posible, por favor, ¿puedes indicarme la página o el libro de donde lo has sacado, para poder acudir a ello si alguna vez me hace falta?

Y una segunda pregunta: ¿conoces las estadísticas de algún país cuyos resultado sean algo más positivos? Sólo por saber si existe algo menos alarmante...

Gracias y besos.

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