martes, 15 de febrero de 2011

Mirar debajo de las faldas de las chicas...

Esta entrada pertenece al blog Basta de Sexismo. Con permiso de su creadora, dado que me parece un tema interesante de leer (al igual que todas sus entradas; y a mi gusto especialmente las de educación), copio su entrada tal cual la escribió ella. Al final de su escrito, añado unas pautas mías.


Dice así:


"Un niño de cuatro, cinco, seis años, levanta la pollera de una niña para satisfacer su curiosidad.

¿Cuántas veces hemos presenciado este tipo de escena? ¿Y cuántos de nosotras o nosotros la hemos vivido? Por lo general, los padres del niño se emocionan ante la precocidad o el atrevimiento de su progenitura.


A mí siempre me espantó la reacción complaciente de esos padres. En lugar de explicar al niño que lo que hizo está mal, se le premia con una sonrisa o una risa, que significan: "Lo que hiciste es divertido, es tierno, a los adultos nos causa gracia, seguí así".


¿Qué es lo que hizo ese niño? Sí, a esa edad, quiso simplemente satisfacer una legítima curiosidad de niño que empieza a preguntarse acerca de la diferencia biológica entre los sexos. No digo que sea un perverso o un delincuente. Pero, sin saberlo, lo hizo avasallando la intimidad de una niña. Y ahí es imprescindible que intervenga un adulto para explicarle que eso está mal, que no se pueden hacer esas cosas y que no se tiene que repetir en el futuro.


No critico el gesto del niño, que, a esa temprana edad, no lo hace pensando a mal. Critico la ausencia de reacción de los padres, que tendrían que aprovechar esta ocasión para explicar a su hijo que hay que respetar la intimidad de las personas, de todas las personas. Y también los padres de la niña tendrían que explicar a su hija que lo que hizo el varón está mal, que ella, si le molesta, tiene derecho a quejarse y defenderse cuando ocurren cosas así.


Claro que cuando una niña va a quejarse de que un varón le levantó la pollera, la reacción de los padres no tendría que ser: "Pero bueeeeno, no es graaaave, lo hizo sin pensar a mal, ¿cómo te va a molestar eso?", porque eso le daría la idea de que lo que pasó no es un abuso, que se tiene que someter a los atropellos de los varones a su intimidad sin chistar y que, en todo caso, no puede esperar ayuda de los adultos en casos como éste, cuando es muy importante explicar desde muy chiquita a una niña (y a un niño) que tiene derecho a la intimidad. Eso ayudaría mucho a luchar contra la pedofilia, si los niños y las niñas víctimas de abusos sexuales supieran desde chiquitos que nadie tiene derecho a avasallar su integridad sexual (por más que sea "solamente" una ojeada debajo de sus prendas) y sintieran que están en su derecho de denunciar las agresiones.


Tengo recuerdos muy vívidos de la bronca, la impotencia, la vergüenza, la humillación que sentía, de niña, cuando un niño me levantaba las polleras, cuando tenía 6 o 7 años y el uniforme escolar era, para las niñas, un vestido (otro motivo de discriminación: no se tiene la misma libertad de correr, trepar, jugar, con una pollera o un vestido que con un pantalón, cuando siempre se tiene miedo a que se levante, se vea la bombacha, etc.). A partir del momento en que cambié de colegio y se pudo elegir la ropa, recuerdo perfectamente haber preferido llevar pantalones para tener la libertad de movimiento que tienen los varones y para no correr el riesgo de que algún varón fuera a mirar debajo de mi falda.


Entonces, al sonreírnos ante un niño que levanta la pollera de una niña, al no explicarle que lo que hizo está mal, estamos enviándole como mensaje que tiene derecho a violar la intimidad de una chica, a no respetar su integridad física, a cometer acciones sobre una chica sin pedirle permiso. Si ningún adulto, en algún momento, interviene para hacer entender a ese niño que lo que hizo está mal y no lo tiene que repetir, ese niño crecerá con la impunidad de saber que los avasallamientos de la intimidad de las mujeres no está castigado, no está prohibido, es más, divierte a los adultos. Y las niñas crecerán con la idea de que su cuerpo es un objeto del que cualquiera puede disponer sin pedirle permiso.


No estoy diciendo que ese niño terminará siendo un violador, ni mucho menos.


Pero son esos minúsculos pero múltiples detalles que, acumulados, meten en la cabeza de los niños y las niñas que los varones tienen derechos sobre las mujeres. Esos minúsculos y múltiples detalles que no me canso de denunciar en este blog, que participan en la construcción de una mentalidad sexista, y por los que, sin embargo, me dicen constantemente que exagero y no debería calentarme.


No me canso de repetir que el sexismo es un sistema, y dentro de ese sistema, cada detalle cuenta, se trata de un engranaje en que cada pieza está íntimamente vinculada a la otra, y en que cada pieza hace que el sistema funcione. Empezar a nombrar esas piezas, a reconocerlas, a designarlas y a sacarlas del sistema, permitirá, espero, modificar todo el sistema.


Volviendo a nuestros niños, ni hablar cuando se trata de niños más grandes o de adolescentes que juegan a levantar las polleras de las chicas: ya no lo hacen para satisfacer una legítima curiosidad de niño pequeño que va en búsqueda de explicaciones, sino para molestar deliberadamente a las chicas. A esos chicos que hacen eso a los 10, 11, 12 años, probablemente nadie les haya explicado, siendo muy niños, que se trata de una agresión.


A esos niños, con muchísima más razón, hay que dejar bien claro que lo que hicieron está mal, en lugar de mirarlos con ternura y decir: "Ay, esos chicos, qué precocidad..." No veo qué tiene de tierno ser precoz en las agresiones".


Fuente: http://bastadesexismo.blogspot.com/


Dijo Pitágoras de Samos: "Educad a los niños y no será preciso castigar a los hombres". Y, bajo mi criterio, ¡cuánta razón hay en esta expresión!

En numerosas ocasiones, como bien ha explicado la autora, los padres y las madres apoyan, aun sin pretenderlo, ciertas malas conductas de los y las infantes; y cuando crecen, dichos comportamientos, al haber sido reforzados previamente, se repiten, y es entonces cuando nos echamos las manos a la cabeza hablando de una adolescencia y una juventud que no tienen respeto, cuando en realidad las primeras personas que cometieron errores y apoyaron la falta de respeto fueron sus padres y madres, que son personas adultas.

Así pues, expongo a continuación los modos por los cuales padres y madres, educadores y educadoras en general, inciden en el reforzamiento, o al menos en la continuidad, de ciertos comportamientos no deseables:

-Indiferencia: No muestran inclinación ni rechazo hacia dicho comportamiento.
-Condescendencia: Se acomodan al gusto y voluntad de sus hijos/as.
-Complacencia: Muestran hasta cierto grado de satisfacción, contento o placer (en este punto se encuentra la actitud llevada a cabo por los padres y las madres ante situaciones como la que nos muestra la autora).
-Indulgencia: Muestran disposición a disimular o perdonar tales conductas.
-Complicidad: Manifiestan de diversas formas sentimientos de solidaridad, participación o asociación hacia faltas o delitos de los/as hijos/as, cooperando con ellos/as aun sin ser autores/as de su ejecución.


Y es que, el ser humano no es ni bueno por naturaleza, como afirmaba Jean Jacques Rousseau, ni malo por naturaleza, como aseguraba Hobbes. Aunque con el influjo de la biología, el ser humano es como decía Immanuel Kant: "El hombre no es más que lo que la educación hace de él".


Así pues, eduquemos bien a nuestros niños y a nuestras niñas... y no tendremos que quejarnos tanto en el futuro.

6 comentarios:

Bastadesexismo dijo...

¡Un honor que cites mi blog, Enrique!

Enrique dijo...

Y para mí es todo un honor tenerte por mi blog, y todo un placer poder citarte.

Saludos.

Isamonalisa dijo...

Me ha encantado tu entrada, me pasaré por el blog de Bastadesexismo.

Qué difícil es educar adecuadamente! Muy difícil!
Pero no imposible!

Besos!!

Enrique dijo...

Isamonalisa:

Muchas gracias por comentar.

Me alegro de que te haya gustado la entrada de Bastadesexismo (lo menciono porque has dicho "tu entrada", jeje, y no es mía; tan solo el final); y me alegro de que haya servido para publicitar un poco su blog.

Y por cierto: ¡Bienvenida al blog!

Besos.

madredemellizos dijo...

Parece que sea una tontería de niños, pero tiene su fondo! En el colegio donde lleva la niña una amiga mia, todos los alumnos llevan uniforme, pero las niñas debajo de las faldas usan unas mallas cortas(tipo ciclista)debido a que los niños miran bajo las faldas...Y yo me pregunto..porqué las escuelas no evitan esas conductas sexistas, sabiendo que las niñas usan mallas, y unifican el uniforme de pantalones para todos? (o en su defecto, falda para todos?) Porqué para estudiar en una escuela pija tu hija debe llevar faldas? Porqué no se dá la opción de uniforme unisex?

Enrique dijo...

Muy buenas preguntas, Madredemellizos. Supongo que se debe o bien a que así se reproduce el estereotipo social, o a que, por lo general, ese tipo de centros educativos están fundados con una base tradicional, y lógicamente el tradicionalismo no ve con buenos ojos que una mujer emplee pantalones.

Saludos.

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